domingo, 22 de marzo de 2020

EL DELEITE DE TU VERA.




Quien alumbrando te espera
de noche y al viento frío
sabe de amor.
La vigilia es pasajera,
la alborada es como un río:
sutil clamor.

Y sobra toda lámpara.
Y sobran los tiernos avisos.
Ha llegado,
rebosando mi cántara
con perfumes de narcisos,
el amado.

Quién pudiera encarcelarte,
ser prisionero contigo.
Por ti muero.
Tenerte, nunca dejarte
como pobreza y mendigo,
eso quiero.

No habrá tristeza  más grande
si se consume mi aceite
en la espera.
Y si ya mi llama no arde
no me prives del deleite
de tu vera.
José  Rodríguez  Díaz

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