DOMINGO TERCERO DE CUARESMA. CICLO A.
Jun. 4, 5-42
" SEÑOR, DAME ESA AGUA "
Desde el texto del evangelio de este domingo podemos descubrir cómo Jesús es capaz de ponerse a la altura de cualquiera con tal de ayudarle a encontrarse consigo mismo ofreciendo la posibilidad de empezar de nuevo sea cual sea nuestro pasado y estemos donde sea ahora mismo.
La samaritana que conversa con El es un claro ejemplo de la desorientación y el caos que no solo existía en la gente en aquella época, sino también hoy.
Todo acudimos al pozo, ese pozo pozo de la vida donde pensamos encontrar el agua que pueda saciar y apagar nuestros anhelos, aclarar nuestras dudas, hallar la paz para nuestro corazón y es ahí en el brocal de ese pozo de nuestra existencia, donde Jesús nos espera y se hace presente para ayudarnos a entrar en nosotros mismos, para ponernos frente a nuestra realidad personal, para invitarnos a aceptarnos y a acoger la Palabra de Dios ofreciendo algo nuevo, ofreciendo un agua clara que serena nuestras inquietudes, borra nuestras dudas y nos propone en un camino nuevo.
No se trata de renegar de lo que somos, se trata de aceptarnos como somos y desde ahí, volver a nuestra realidad cotidiana con nuestro corazón lleno de paz porque hemos sido fortalecidos con un encuentro que da sentido y fuerza a nuestra existencia con su presencia y su palabra, por su misericordia, que no hace ascos de nuestro empeño por mirar para otro lado intentando evitar nuestra realidad, pero que desde su insistencia es capaz de ayudarnos a aceptar y empezar a ser personas con nueva ilusión, con la alegría de saber y descubrir, por su palabra, que a pesar de todo lo que nosotros hayamos podido hacer y de lo que seamos ahora mismo, Dios se sigue acercando a nosotros y nos sigue amando intensamente y mostrando su misericordia.
Es necesario que nosotros aceptemos , aun a trancas y barrancas, querer conversar con El.
¡¡Feliz tercer domingo de cuaresma en el Señor !!!
Jun. 4, 5-42
" SEÑOR, DAME ESA AGUA "
Desde el texto del evangelio de este domingo podemos descubrir cómo Jesús es capaz de ponerse a la altura de cualquiera con tal de ayudarle a encontrarse consigo mismo ofreciendo la posibilidad de empezar de nuevo sea cual sea nuestro pasado y estemos donde sea ahora mismo.
La samaritana que conversa con El es un claro ejemplo de la desorientación y el caos que no solo existía en la gente en aquella época, sino también hoy.
Todo acudimos al pozo, ese pozo pozo de la vida donde pensamos encontrar el agua que pueda saciar y apagar nuestros anhelos, aclarar nuestras dudas, hallar la paz para nuestro corazón y es ahí en el brocal de ese pozo de nuestra existencia, donde Jesús nos espera y se hace presente para ayudarnos a entrar en nosotros mismos, para ponernos frente a nuestra realidad personal, para invitarnos a aceptarnos y a acoger la Palabra de Dios ofreciendo algo nuevo, ofreciendo un agua clara que serena nuestras inquietudes, borra nuestras dudas y nos propone en un camino nuevo.
No se trata de renegar de lo que somos, se trata de aceptarnos como somos y desde ahí, volver a nuestra realidad cotidiana con nuestro corazón lleno de paz porque hemos sido fortalecidos con un encuentro que da sentido y fuerza a nuestra existencia con su presencia y su palabra, por su misericordia, que no hace ascos de nuestro empeño por mirar para otro lado intentando evitar nuestra realidad, pero que desde su insistencia es capaz de ayudarnos a aceptar y empezar a ser personas con nueva ilusión, con la alegría de saber y descubrir, por su palabra, que a pesar de todo lo que nosotros hayamos podido hacer y de lo que seamos ahora mismo, Dios se sigue acercando a nosotros y nos sigue amando intensamente y mostrando su misericordia.
Es necesario que nosotros aceptemos , aun a trancas y barrancas, querer conversar con El.
¡¡Feliz tercer domingo de cuaresma en el Señor !!!
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