sábado, 1 de junio de 2019

EL PAPA FRANCISCO HA DICHO






Papa Francisco a Congreso «¡Yes to Life!”, 25-5-19: «La vida humana es inviolable, no a diagnóstico prenatal para abortar. El aborto no es nunca la respuesta que las familias buscan.

* «A veces escuchamos: «Vosotros los católicos no aceptáis el aborto, es el problema de vuestra fe». No: es un problema pre-religioso. La fe no tiene nada que ver. Viene después, pero no tiene nada que ver: es un problema humano. Es un problema pre-religioso. No cargamos a la fe  con algo que no le pertenece desde el principio. Es un problema humano. Dos frases solamente nos ayudarán a entender esto: dos preguntas. Primera pregunta: ¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? Segunda pregunta: ¿es permisible alquilar un sicario para resolver un problema? La respuesta es vuestra. Este es el punto. No buscar en lo religioso  algo que concierne a lo humano. No es lícito. Jamás eliminar una vida humana o alquilar a un sicario para resolver un problema»

 «Ante el aborto es el miedo a la enfermedad y la soledad lo que hace que los padres vacilen. Las dificultades prácticas, humanas y espirituales son innegables, pero precisamente por esta razón son urgentes y necesarias acciones pastorales más incisivas para sostener a los que tendrán hijos enfermos. Es decir, es necesario crear espacios, lugares y «redes de amor» a los que las parejas puedan recurrir, así como dedicar tiempo a acompañar a estas familias»


El Papa en homilía de la Misa de la Visitación en Bucarest, 31-5-19: «la Virgen María confía en el Señor y nos recuerda que Dios realiza siempre maravillas si estamos abiertos a él y a los hermanos»



 «Es el milagro que surge de la cultura del encuentro donde nadie es descartado ni adjetivado; sino donde todos son buscados, porque son necesarios, para reflejar el Rostro del Señor. No tienen miedo de caminar juntos y, cuando esto sucede, Dios llega y realiza prodigios en su pueblo. Porque es el Espíritu Santo quien nos impulsa a salir de nosotros mismos, de nuestras cerrazones y particularismos para enseñarnos a mirar más allá de las apariencias y regalarnos la posibilidad de decir bien — “bendecirlos”— sobre los demás; especialmente sobre tantos hermanos nuestros que se quedaron a la intemperie privados quizás no sólo de un techo o un poco de pan, sino de la amistad y del calor de una comunidad que los abrace, cobije y reciba»


* «Este es el secreto del cristiano: Dios está en medio de nosotros como un salvador poderoso. Esta certeza, como a María, nos permite cantar y exultar de alegría.  María se alegra porque es la portadora del Emmanuel, del Dios con nosotros. «Ser cristianos es gozo en el Espíritu Santo» (Exhort. ap. Gaudete et exhultate, 122). Sin alegrita permanecemos paralizados, esclavos de nuestras tristezas. A menudo el problema de la fe no es tanto la falta de medios y de estructuras, de cantidad, tampoco la presencia de quien no nos acepta; el problema de la fe es la falta de alegría. La fe vacila cuando se cae en la tristeza y el desánimo»


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