sábado, 1 de junio de 2019

La comunicación en la vida parroquial 

La respuesta más común que suele escucharse cuando se pregunta sobre cuáles son los problemas más importantes en ámbitos parroquiales es la “falta de comunicación”. Dicha sensación no es equivocada. Por el contrario, está reflejando la importancia de la comunicación en la parroquia. Pero si queremos ser más precisos, la cuestión no es la falta de comunicación ya que la misma, al ser constitutiva de la parroquia, siempre existe. Sin comunicación no habría parroquia. El problema, entonces, es la dificultad en la comunicación y no su ausencia; por lo tanto si hay problemas en la comunicación, hay problemas en la parroquia. 
La consecuencia de estas afirmaciones es que para que una parroquia funcione bien y los que conviven en ella se sientan partícipes, integrados y con sentido de pertenencia a la misma, es necesario un buen funcionamiento comunicacional. 
Les proponemos ahora algunas ideas básicas desde las que partiremos en el planteo. En primer lugar la comunicación en la parroquia es más importante de lo que parece. Su importancia se basa en que la comunicación no es sólo un instrumento dentro o hacia fuera de la parroquia, sino que es constitutiva de la misma. Decimos que es constitutiva a partir de explicar a la parroquia como un sistema de redes de comunicaciones. Para entender la dinámica de la parroquia debemos entender, entonces, la dinámica de esas redes. Tal dinámica está dada por las distintas conversaciones que se producen en la parroquia y por las conversaciones que ésta mantiene con su entorno. Conducir una parroquia es lograr una efectiva acción cooperativa. Para esto debemos articular y activar los sistemas de compromisos interpersonales en las distintas redes de comunicación. En definitiva, la conducción pastoral de la parroquia es comunicación para la acción.

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