sábado, 1 de junio de 2019

Economía bajo demanda: Matías, es tu esclavo. Tú lo serás mañana.


El mes de Abril fue lluvioso en Madrid, Matías (34 años) subía la calle Bravo Murillo con una bicicleta cargado con una pesada mochila a realizar una entrega de la plataforma tecnológica XXXX. Era sábado, la luz solar se había ido y los coches pasaban a un metro escaso de su bici, salpicando agua con violencia sobre los bajos del cuadro del ciclo. Cenará mal y tarde, y llegará a dormir a casa de sus padres o a una habitación de alquiler. Bienvenidos todos a la nueva economía.
La vida laboral se está transformando y adaptando a las necesidades de la “nueva economía”: más explotación y más esclavitud. Estos cambios para algunos significan oportunidades para muchos trabajadores, y en realidad lo son para unos pocos privilegiados. El nuevo status generado, la relación entre empleador y trabajador en las economías actuales, lo marcan nuevos monopolios tecnológicos, con más poder y podemos así escuchar términos como monopsonio, gig economy, economía de plataformas o trabajo atípico, unos conceptos que reflejan la profunda transición a la que se está sometiendo el sistema laboral.
Estas nuevas formas de trabajo suelen incidir en la flexibilidad de horarios, de ingresos y de la duración de la relación laboral, lo genera de todo menos certidumbre y más precariedad para el trabajador en el corto, el medio y largo plazo. Programar tu vida en el día, en la semana o en el mes es una entelequia, con graves consecuencias psicológicas y familiares.
El trabajo a tiempo completo y con una misma empresa ha sido considerado la norma durante décadas, pero esta relación laboral está cambiando. Sobre todo en España, en el sector servicios, sino véase contratación de la Semana Santa pasada (Abril 2019) [1]
La diferencia es que antes de la crisis de 2008 había mucho de este empleo, sobre todo el temporal en el sector de la construcción, pero no tenía una remuneración por debajo de la media, mientras que en la actualidad la gran parte de esos empleos están pésimamente remunerados.

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