FIESTA DE PENTECOSTÉS.
Jun.2.,19-23
" ENTRA HASTA EL FONDO DEL ALMA"
Lo primero que se nos viene a la cabeza y a la boca cuando cada año nos topamos con esta fiesta es decir que es la fiesta del Espíritu, la fiesta del inicio de la predicación de la Iglesia y es verdad. Sin embargo, yo creo que debemos ahondar algo mas y , no negando lo que hemos dicho mas arriba, tratar de descubrir que esta fiesta del Espíritu en la iglesia esta llamada tener consecuencias en nosotros, quiero decir que esta fiesta de Pentecostés debe transformarnos y moldearnos según Cristo, es el mismo Espíritu de Cristo el que recibimos y la misión de ese Espíritu que invocamos y pedimos, no es otra mas que esa, hacernos de Cristo totalmente, cristificarnos y, a partir de ahí, ir descubriendo otras dimensiones parejas que consolidan nuestro ser de Cristo como el hacer, el conformar la comunidad, comunidad que debe ir caminando por la conciencia que ella misma no es de ella, sino del Señor, ha de dejarse enamorar y ganar por quien vive y se alimenta ( Jesús el Señor), abriendo puertas al encuentro hacia dentro, y hacia fuera, viviendo y anunciando la Buena Noticia.
La iglesia sin el Espíritu pierde su identidad.
Es el tiempo del amor, de la gracia, de la generosidad, de la alegría y no del egoísmo, del desencanto o del no perdono, es el tiempo de la paz y no de la guerra.
Hay una fuerte tendencia que habita en nosotros y que hemos de ir eliminando con oración, con voluntad y sobre todo, dejándonos moldear con la gracia y la presencia de Jesús que continuamente no socorre con el Espíritu Santo: el miedo. Si, tenemos miedo porque no entendemos, no controlamos o no sabemos por donde empezar ( desgana, apatía, abandono, profesionalismo, son consecuencias derivadas) Es verdad, y resulta que hasta que no nos dejemos ganar por el Espíritu Santo esa va a ser la tenaza que nos impida movernos y ser anunciadores creativos de Buena Noticia en estos tiempos y para nuestra gente.El Espíritu tiene que penetrar hasta el fondo de nuestras almas, como pedimos en la secuencia, y no lo hará hasta que nosotros no nos ofrezcamos total y rotundamente, abriendo todos los recovecos de nuestro interior.
Frente al riego y la desestabilización que trae consigo esta forma de entender la acción del Espíritu en la iglesia y que supone tener muy pocas cosas seguras, aparece la comodidad: es mejor seguir como y donde estamos cumpliendo con lo establecido. En el fondo esto nos dice que nuestra fe aún está en pañales, que no nos terminamos de fiar de la Palabra del Señor.
Jun.2.,19-23
" ENTRA HASTA EL FONDO DEL ALMA"
Lo primero que se nos viene a la cabeza y a la boca cuando cada año nos topamos con esta fiesta es decir que es la fiesta del Espíritu, la fiesta del inicio de la predicación de la Iglesia y es verdad. Sin embargo, yo creo que debemos ahondar algo mas y , no negando lo que hemos dicho mas arriba, tratar de descubrir que esta fiesta del Espíritu en la iglesia esta llamada tener consecuencias en nosotros, quiero decir que esta fiesta de Pentecostés debe transformarnos y moldearnos según Cristo, es el mismo Espíritu de Cristo el que recibimos y la misión de ese Espíritu que invocamos y pedimos, no es otra mas que esa, hacernos de Cristo totalmente, cristificarnos y, a partir de ahí, ir descubriendo otras dimensiones parejas que consolidan nuestro ser de Cristo como el hacer, el conformar la comunidad, comunidad que debe ir caminando por la conciencia que ella misma no es de ella, sino del Señor, ha de dejarse enamorar y ganar por quien vive y se alimenta ( Jesús el Señor), abriendo puertas al encuentro hacia dentro, y hacia fuera, viviendo y anunciando la Buena Noticia.
La iglesia sin el Espíritu pierde su identidad.
Es el tiempo del amor, de la gracia, de la generosidad, de la alegría y no del egoísmo, del desencanto o del no perdono, es el tiempo de la paz y no de la guerra.
Hay una fuerte tendencia que habita en nosotros y que hemos de ir eliminando con oración, con voluntad y sobre todo, dejándonos moldear con la gracia y la presencia de Jesús que continuamente no socorre con el Espíritu Santo: el miedo. Si, tenemos miedo porque no entendemos, no controlamos o no sabemos por donde empezar ( desgana, apatía, abandono, profesionalismo, son consecuencias derivadas) Es verdad, y resulta que hasta que no nos dejemos ganar por el Espíritu Santo esa va a ser la tenaza que nos impida movernos y ser anunciadores creativos de Buena Noticia en estos tiempos y para nuestra gente.El Espíritu tiene que penetrar hasta el fondo de nuestras almas, como pedimos en la secuencia, y no lo hará hasta que nosotros no nos ofrezcamos total y rotundamente, abriendo todos los recovecos de nuestro interior.
Frente al riego y la desestabilización que trae consigo esta forma de entender la acción del Espíritu en la iglesia y que supone tener muy pocas cosas seguras, aparece la comodidad: es mejor seguir como y donde estamos cumpliendo con lo establecido. En el fondo esto nos dice que nuestra fe aún está en pañales, que no nos terminamos de fiar de la Palabra del Señor.
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