sábado, 7 de abril de 2018

EL PAPA FRANCISCO HA DICHO






Papa Francisco en la Audiencia General 4-4-18: «Cada vez que salgo de misa, tengo que salir mejor, con más vida, con más fuerza, con más ganas de dar testimonio cristiano»


* «Dejamos la iglesia para "ir en paz" a llevar la bendición de Dios a las actividades diarias, a nuestros hogares, al  ambiente de trabajo, a las ocupaciones de la ciudad terrenal, "glorificando al Señor con nuestra vida".  Pero si salimos de la iglesia chismorreando y diciendo: “Mira ese, mira ese otro”, con la lengua larga, la misa no ha entrado en mi corazón. ¿Por qué? Porque no soy capaz de vivir el testimonio cristiano… celebramos la Eucaristía para aprender a ser hombres y mujeres eucarísticos. ¿Qué significa esto? Significa dejar que Cristo actúe en nuestras obras: que sus pensamientos sean nuestros pensamientos, sus sentimientos  nuestros sentimientos, sus decisiones las nuestras. Eso es la santidad: Hacer como hizo Cristo es la santidad cristiana»



Papa Francisco en el Regina Coeli, 2-4-18: «Salir a anunciar que “¡verdaderamente el Señor ha resucitado!”»


 «La fraternidad es el fruto de la Pascua de Cristo que, mediante su muerte y resurrección, derrotó al pecado que separaba al hombre de Dios, al hombre de sí mismo, al hombre de sus hermanos. Pero sabemos que el pecado siempre separa, siempre hace enemistades. Jesús ha roto el muro de división entre los hombres y ha restaurado la paz, comenzando a tejer la red de una nueva fraternidad»



Papa Francisco en Mensaje de Pascua y la bendición Urbi et Orbi, 1-4-18: “Jesús es el Señor, el Padre lo ha resucitado y él vive para siempre en medio de nosotros”


Y, hoy, nosotros pedimos frutos de paz para el mundo entero, comenzando por la amada y martirizada Siria, cuya población está extenuada por una guerra que no tiene fin… Suplicamos frutos de consolación para el pueblo venezolano, el cual —como han escrito sus Pastores— vive en una especie de «tierra extranjera» en su propio país. Para que, por la fuerza de la resurrección del Señor Jesús, encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime… Invocamos frutos de reconciliación para Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos, para Yemen y para todo el Oriente Próximo, para que el diálogo y el respeto mutuo prevalezcan sobre las divisiones y la violencia. Que nuestros hermanos en Cristo, que sufren frecuentemente abusos y persecuciones, puedan ser testigos luminosos del Resucitado y de la victoria del bien sobre el mal”

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