viernes, 27 de octubre de 2017

MONICIONES PARA EL DOMINGO XXX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A.

MONICIÓN DE ENTRADA.
El amor a Dios pasa ineludiblemente por el amor a los otros y está llamado ha hacerse patente en nuestras  relaciones cotidiana. Eso es lo que vamos a recordar en esta Eucaristía de fin de semana. Bienvenidos hermanos a la fiesta de los que creemos y esperamos en Jesús.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA ( Ex.22,21-27)
La alianza pactada con Dios lleva en sus entresijos el compromiso con el hermano y, de forma especial, cuando esta  en situación de necesidad y desvalimiento. No está justificado  mirar para otro lado  cuando alguien necesita nuestra ayuda.

SALMO RESPONSORIAL ( Sal. 17) " Yo te amo,  Señor, tu eres mi fortaleza"

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( 1a. Tes.)
Ser seguidores de Cristo no solo supone  decir que creemos en el, sino que conlleva un comportamiento  que nos aparte del mal y nos acerque cada vez mas a su persona con una vida digna de los hijos de Dios.

MONICIÓN AL EVANGELIO( Mt.22,34-40)
En el texto del evangelio nos encontramos con una síntesis de todo lo que venimos escuchando. En este texto  aparece un segundo mandamiento semejante al primero y que tiene que ver con el prójimo.

ORACIÓN DE LOS FIELES.
1.- Roguemos por el Papa Francisco y por todos los obispos para que sean fieles a la misión que les ha sido encomendada de pastorear el rebaño con  entrega confiada y  diaria.

2.- Oremos por nuestra parroquia para que  oyendo a Jesús y con la intercesión de San Antonio María Claret, hagamos nuestro su deseo de anunciar la Buena Noticia a nuestros hermanos e invitarles a  servir al Señor.

3.- Oremos por  todos  los que se  han alejado de nuestra parroquia, por los que  buscan a Dios y no lo encuentran, por los enfermos y los que han venido de otras tierras, para que siempre encuentren acogida entre nosotros.

4.- Oremos por las familias de nuestra parroquia, por los padres con quien nos reunimos cada  mes, por las relaciones entre nosotros, para que siempre  sepamos hacer presente al Señor en  nuestra convivencia.

5.- Oremos por todos los difuntos de la parroquia que en otros años nos han acompañado, para que el Señor les acoja en su  regazo.

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