sábado, 21 de octubre de 2017

ESTÁ CON NOSOTROS Y CASI NO LO NOTAMOS.

Como ya hemos dicho en esta misma página, el jueves 19 tuvimos en nuestra parroquia el encuentro misionero que ya desde principio de curso se venia preparando por parte de toda la parroquia y de forma especial por los catequistas.
Teníamos en la programación el encuentro con un misionero que  hablara a los niños del trabajo que desempeña y lo que significa para su vida. Después de varias llamadas  de teléfono, de buscar y rebuscar, el misionero no pudo acudir y nos paramos a  pensar de que forma  podríamos llevar a cabo dicho encuentro. Había que hacerlo  y ante esta urgencia  decidimos, para salir al paso y salvar la honrilla de la palabra, que  lo podríamos hacer  con vídeos, reflexiones y música y así fue. Nos costó trabajo y dedicación. Llegado el día, a las cinco de la tarde, como estaba previsto, acudieron los niños con sus padres que, como siempre, llenaron la iglesia de alegría y enredos propios de su edad. En nosotros estaba la zozobra de " a ver como sale todo" y salió, y bien, mas de lo que nosotros esperábamos, los niños respondieron y al tomar el pulso a los padres nos manifestaron que les había gustado mucho.
 Ahora viene lo que yo aprendí ese día: cuando uno se pone a trabajar con empeño y con deseos de llegar, aunque  parezca que el asunto se tuerce y muchas veces suele pasar,  el Señor se encarga de que todo salga bien. Es como una prueba mas de que "no son los caminos de ustedes, sino los míos", yo estoy con ustedes y enderezo lo que se tuerce y a veces, casi siempre, sin que ustedes se percaten -¡¡Gracias Señor!!-. El camino y  el trabajo que realicen aunque parezca que se ha  perdido, no piense que es así, no es así, porque yo lo haré fructificar, mas de lo que  se imaginan.
 Cuando hubo terminado todo, había  en nosotros una sensación de, además de alivio y de descanso,  de íntima certeza de que el Señor conduce nuestros pasos y nos va ayudando a entender que es eso de su presencia entre nosotros y las consecuencias de háganlo en mi nombre y aquello de,  yo estoy con ustedes.
Fue una jornada misionera pensada para los niños y los padres, trabajada con todo el cariño del mundo, dedicando tiempo e imaginación, pero también lo fue para  nosotros al sentir el gozo y la paz que se transforman en gracia y consuelo y que se vio reflejado en el brillo de nuestra mirada, en nuestros ojos. El Señor se  nos regaló como recompensa al trabajo fiel, sencillo y sincero que quisimos hacer. ¡¡Alabado sea el Señor!!
José Rodríguez. Párroco.

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