MONICIONES PARA EL DOMINGO VIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A.

MONICIÓN DE ENTRADA.

Bien venidos hermanos. Como cada semana nos reunimos para celebrar la misericordia y el amor que Dios nos tiene y nos muestra a lo largo de nuestros días. Hoy somo invitados a confiar en El ante cualquier circunstancia que se nos presente y que nos pueda sobrepasar. Escuchemos la Palabra, celebremos y demos gracias con gozo, porque el Señor sigue acompañándonos en nuestro vivir de cada día.

MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA ( Isa. 49,14-15)

El profeta Isaías nos recuerda nuestra debilidad y desamparo, pero también nos dice que si una madre no abandona a su hijo  el Padre tampoco abandona a los suyos, a los que se acogen a El.

SALMO RESPONSORIAL ( Sal. 61) “Descansa sólo en Dios , alma mía”

MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( 1ª Cor. 4,1-5)

San Pablo invita a los de Corinto y también a nosotros, en el texto que vamos a proclamar, a preocuparnos por ser fieles en el servicio al que hemos sido vocacionados. El Señor dará a cada cual su recompensa.

MONICIÓN AL EVANGELIO ( Mt. 6,24-34)

Con frecuencia la angustia se apodera de nosotros porque nos vemos sin fuerza para superar dificultades. Jesús nos dice que hemos de ejercitar la confianza en el Padre, esperar en su misericordia y saber mantenernos firmes en la convicción de su solicitud. Todo es pasajero, Dios permanece.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

1.- Oremos por toda la Iglesia que se prepara para entrar en la cuaresma, para que sepamos vivirla como tiempo de conversión y encuentro con Dios y con los hermanos.

2.- Oremos por el Papa Francisco para que el Señor le sostenga en su misión, le ayude en sus decisiones y le colme de gracia y de ternura.

3.- Oremos por todos los que se sienten solos, los enfermos y quienes les cuidan, los ancianos, los que no encuentran sentido a la vida, los que rechazan a Dios y su misericordia y por todos los que de cualquier modo o forma se sientan marginados en la sociedad.

4.- Oremos por todos y cada uno de nosotros, por nuestros familiares, amigos y conocidos, para que el Señor nos guarde siempre en su amor y nos muestra su misericordia y acojamos su perdón.