UN CAMINO POR HACER.
Nos disponemos este sábado a celebrar, como todos los años cuando llega el primero de noviembre, la Fiesta de Todos los Santos.
La Iglesia Católica se alegra y regocija con los hijos que habiendo sido llamados a la casa del Padre han vivido una vida de seguimiento a Jesús en la escucha de la palabra, la celebración de los sacramentos y en la caridad con los hermanos. Damos gracias a Dios por lo que sus vida han significado entre nosotros y lo que siguen significando su ejemplo y su memoria.
Esta fiesta, por otra parte, ha de ayudarnos a entender y reflexionar, que la santidad esta al alcance de nuestra vida porque si nuestros hermanos, a los que hoy recordamos y que convivieron con nosotros , pudieron hacerlo desde lo concreto de la vida, eso quiere decir que nosotros también, junto con los demás, lo podremos alcanzar. La santidad es y debe ser, tarea de todos, cada cual desde donde le toque hacer el camino por esta vida. Camino que nos lleva a la casa del Padre en donde podremos vivenciar en plenitud su presencia, su santidad, su intimidad, la comunión.
También es verdad que corremos el peligro de pensar que esto es cosa para gente muy especial. No es así y quizá, esto venga porque hemos colocado a los santos en pedestales, retablos y tronos y con ellos también la santidad, cuando hemos de saber que la santidad es algo para andar por casa, para andar por el mundo porque es que es la única forma y manera de hacer entender que Dios está al alcance de todos, que es para todos, que no se niega a nadie. Hemos de redescubrir que, ser santos, forma parte de nuestra connatural forma de ser y de existir desde que fuimos bautizados porque es que somos de Dios. Es desde esta idea desde donde ya en el Antiguo Testamento se dice al Pueblo de Dios que ha de ser santo, porque santo es Dios. Jesús nos lo dice con otras palabra, pero es lo mismo: " Sean perfectos como el Padre celestial es perfecto. "
Luego, y concluyendo, esta fiesta tiene como dos dimensiones: a) celebratiba y de gozo por la gracia y el amor de Dios manifestado en nuestros hermanos que nos han precedido en la fe, que fueron fieles a ese amor y a esa gracia y ahora contemplan el rostro de Dios. y b) la invitacion y la esperanza, porque para nosotros debe suponer el considerar que si nuestros hermanos han podido vivir así, eso quiere decir que también nosotros podemos . Es cuestión de proponérnoslo y con la ayuda del Señor, alcanzarlo y es ahí donde se sitúa la esperanza.
Feliz Fiesta de Todos los Santos.
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