«Evitar lamentos teatrales y rezar por quien sufre verdaderamente»
Pensemos en las grandes tragedias, por ejemplo estos hermanos nuestros que por ser cristianos son echados de sus casas y pierden todo: ‘Pero, Señor, yo he creído en ti. ¿Por qué? ¿Creer en Ti es una maldición, Señor?’. Pensemos en los ancianos dejados de lado, en los enfermos, en tanta gente sola, en los hospitales»
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