sábado, 4 de octubre de 2014

Georges Abou Khazen, obispo de Alepo: «La Providencia no deja nunca solo al hombre. Por esto, siguen tañendo las campanas en medio de las bombas que explotan»


«Ayudamos a 18.000 familias proporcionando víveres, vestimenta, hospitalidad a quien ha perdido su casa. En los comedores gestionados por los jesuitas, los hermanos maristas, las hermanas de Madre Teresa y las franciscanas se preparan 25.000 comidas diarias gracias al trabajo de los religiosos y los voluntarios cristianos, y con la contribución económica de musulmanes ricos»

«En el vicariato latino, en un centro llamado "Jesús obrero", acogemos a un grupo de ancianos y minusválidos musulmanes que han tenido que abandonar la estructura en la que vivían»

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