sábado, 3 de diciembre de 2022

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO SEGUNDO DE ADVIENTO. CICLO A

LA VOZ QUE GRITA EN EL DESIERTO

Entramos de la mano del evangelista Mateo en el tiempo de Adviento que en este segundo domingo  nos presenta al Bautista predicando la necesidad de  convertirse y dar los frutos que esa conversión pide. Es determinado, claro y conciso, lo que dice y pide. Se hace necesario volverse al Señor con sinceridad y a eso se refiere cuando  propone que preparemos el camino del Señor y  también cuando  pide  que andemos con cuidado, que  no nos hagamos ilusiones pensando que somos hijos de Abrahán  (ser creyentes hoy) suponiendo que con eso ya está todo hecho por nuestra parte. Ser hijos de Abrahán significa además de creer y esperar en Dios,  estar en continua actitud de caminante, buscando  en los senderos de la vida las huellas de su presencia  tratando de, con mucha paciencia, buscar qué es lo que nos propone en cada momento, sin desesperar.

Así habla  el Bautista y así llega hasta nosotros  su mensaje hoy. Han pasado los años  y el mensaje  del hombre del desierto sigue siendo tan válido como en el momento que se  lanzo a los cuatro vientos. Necesitamos volvernos al Señor y para eso  se hace  irrenunciable  preguntarnos  sinceramente donde nos encontramos, si a la orilla del camino como espectadores mientras los demás lo van haciendo o si estamos implicados en ello tratando de caminar en esa búsqueda que siempre supone el querer  estar en la senda  por la que el Señor nos  solicita e invita. 




Nunca viene mal que nos dejemos interrogar por esta invitación  hecha siglos ha y que sigue siendo tan válida como el día que se pronunció. Tiene que ver con la sinceridad y las transparencia de nuestros quehaceres y decisiones.  En definitiva,  ¿ estamos en  disponibilidad de  apertura y de acogida de la palabra de Dios, del Dios mismo que quiere venir a nuestra vida o  por el  contrario dejamos que los días vayan transcurriendo y  que la palabra termine por no decirnos nada porque no la queremos escuchar o porque de tanto oírla ya no nos conmueve? Pero, a pesar de todo, no olvidemos que  sigue siendo válida porque sigue siendo palabra de Dios.

En el anuncio del hombre del desierto  hay una promesa  de bautismo en el Espíritu, nos dice algo?

La fe es inquieta, dinámica, arriesgada, comprometida, prometedora y también reconfortante para el que  mirando el mundo, contemplando el devenir de los acontecimientos, analizando y  orando busca  caminos de encuentro. Serán  esos los caminos que el profeta nos invita  preparar?




¿Cuándo cantemos en este Adviento eso de : " Vamos a preparar el camino del Señor " en que pensamos ?

Son muchas preguntas por responder. Pero no  nos asustemos, Abrahán y tanto otros  también  se interrogaban y Dios les fue dando respuesta adecuada en el momento adecuado. Lo importante es no  dejar de estar a la expectativa, expectativa esperanzada,  de que llegará la respuesta  y va a ser el mismo Señor quien nos la de. 

¡¡Feliz  día del Señor !!

José Rodríguez Díaz

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario