sábado, 17 de diciembre de 2022

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO CUARTO DE ADVIENTO. CICLO A.

EL HOMBRE DE LOS SUEÑOS

El evangelista Mateo nos presenta hoy la anunciación a José, Hijo de David, ( de la familia de David ) del nacimiento de Jesús en su familia. El será el padre del que anunciaron los profetas. De esta forma  tan escueta se nos  recuerda aquella vieja profecía  del tronco de Jesé que ya está  encontrando cumplimiento.

José, como todo el que es sorprendido  en   los quehaceres de la vida, anda  entre dudas, miedos y ese no saber  qué hacer cuando uno se ve sorprendido  por  acontecimientos que no son habituales y  que  vienen rompiendo esquemas.

Se hace necesaria la intervención de Dios que  posibilite  su  disponibilidad y cooperación en la Historia de la Salvación y va a ser desde ahí, desde la certeza que  proporciona ese anuncio que se  le hace en sueños, desde donde  da el paso hacia adelante fiándose de lo que se le ha comunicado,  dejando a un lado decisiones no tomadas a la ligera y que le mostraban como un hombre de bien. El texto termina diciéndonos que  cuando José se despertó " hizo lo que se le había mandado"

Deberíamos reflexionar mas sobre la disponibilidad que presenta este hombre  para dejar a un lado su  decisión que le mostraría ante los demás como hombre justo y bueno y aceptar lo que desde la Palabra de Dios se le propone y que tiene  que ver  con  su vida, con su imagen pública, con su reputación ante los conocidos.

También sobre la fuerza irresistible que  posee la Palabra de Dios cuando llega y toca el corazón del hombre que le hace capaz de  dejar de pensar en sí mismo  para  hacer el camino que se le muestra y que le resulta desconocido. Esto  pide lo total, lo incondicional, el abandono, la confianza sin  desconfianzas aunque a veces salpicada de miedos y no porque piense que no se va a cumplir lo que se le ha dicho, sino porque no ve, no sabe según sus parámetros, hasta donde  le va a conducir  ese camino por el que se le pide andar. 

Va a ser una tónica en la vida de  este hombre el estar siempre pendiente de la Palabra teniendo a punto y tenso  el  arco de la voluntad para ponerse a su disposición y  seguir haciendo el camino.

Y de repente se deja de hablar de el, lo mismo  que de Juan, Isabel, Zacarias, Simeón y tanto otros... y es que la atención se  va centrando y cada vez con mas intensidad, en  todo lo que ellos de alguna forma u otra fueron posibilitando: la presencia de Jesús en quien todo encuentra cumplimiento, sentido y razón. La lección: que nuestra vida ha de ser como la acequia que posibilita que el agua llegue a la tierra. Hemos de posibilitar que Jesús llegue y haga fértil el corazón del hombre.

¡¡Feliz adviento del Señor!!

José Rodríguez Díaz   










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