sábado, 21 de mayo de 2022

La teología moral debe aprovechar la espiritualidad que germina en la familia


 

“La casuística ha sido superada. La casuística ha sido el alimento mío y de mi generación en el estudio de la teología moral. Pero es propio del tomismo decadente. El verdadero tomismo es el de Amoris laetitia, el que tiene lugar allí, bien explicado en el Sínodo y aceptado por todos. Es la doctrina de Santo Tomás viva, que nos hace avanzar arriesgando, pero en obediencia. Y esto no es fácil”, ha dicho el Papa.

La teología moral debe aprovechar la espiritualidad que germina en la familia

Por lo tanto, es bueno para la teología moral aprovechar la rica espiritualidad que germina en la familia. La familia es la Iglesia doméstica (cf. Lumen gentium, 11; Amoris laetitia, 67); en ella, los cónyuges y los hijos están llamados a cooperar en la vivencia del misterio de Cristo, mediante la oración y el amor puestos en práctica en la concreción de la vida y las situaciones cotidianas, en el cuidado mutuo capaz de acompañar para que nadie quede excluido y abandonado.

«No olvidemos que, a través del sacramento del matrimonio, Jesús está presente en esta barca», la barca de la familia [1].

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