sábado, 21 de mayo de 2022

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO VI DE PASCUA. CICLO C. PASCUA DEL ENFERMO.

 DIOS TIENE QUE VER CON NUESTRA PAZ INTERIOR.

 Apoco que nos paremos a leer  de forma pausada el texto del evangelio de este domingo nos daremos cuenta de que Jesús, efectivamente, se está despidiendo de los suyos y  además , hablando de un futuro al alcance de la mano. Promete a los  discípulos  una presencia  nueva que brota de la escucha y aceptación de su palabra, que provoca  la comunión con el Padre, que da la paz  y habla de  la gran promesa del Espíritu Santo. Jesús termina por  desvelar el misterio de Dios y revela la condición y misión de la Tercera Persona  en el misterio Trinitario. Su misión es, según  sus propias palabras: " El  Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será  quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo  que os he dicho ".

Es como un viaje de ida  y vuelta en donde el que acepta la palabra de Jesús y entra en comunión con el,  también lo está haciendo con el Padre porque la palabra de Jesús es la palabra del Padre y el Padre a su vez, en nombre de Jesús da el Espíritu Santo que se encargará de recordar y seguir enseñando a los  que ya están en comunión  y dentro de la dinámica del misterio de Dios por la palabra del Hijo Amado que es la misma palabra de Dios y su deseo : ¡¡ Escúchenle!! .

  A esto nos referimos cuando  decimos que Jesús nos muestra al Padre. A esto se refería El cuando decía  aquellos de : " Nadie va al Padre si no es por mí", o lo otro de : " El que me ve a mi , ve al Padre"  y tantas otras expresiones similares que nos encontramos en los textos  de los evangelios.

Así nos encontramos con tres categorías que son inseparables e imprescindibles  para nuestra vida  de creyentes y que a mi juicio son: la voluntad del Padre, que quiere que todos los hombres encuentren la salvación. La fidelidad del Hijo que con su vida y sus palabras nos introduce en la vida, en el misterio de Dios.  La inteligencia y sabiduría del Espíritu que nos  ayuda a asumir la realidad de Dios en la nuestra manteniéndonos en la fe, en la esperanza y  en el amor.

   La revelación del misterio Trinitario de Dios  es para nuestro bien, viene en nuestra ayuda para confortarnos,  pacificarnos, devolvernos la alegría, sostenernos en la debilidad, mantenernos firmes en la esperanza y purificarnos  en el amor  que no es otro mas que el amor de Dios. Es ahí donde el hombre se encuentra  como tal y desde donde puede iniciar una vida nueva porque en ella y desde ella, ha descubierto  a su creador que  le ama.

¡¡Feliz Pascua del Señor!!

José Rodríguez Díaz.


 




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