«Las iglesias se han puesto de acuerdo», dice Yarsolav Pyzh, presidente del Seminario Teológico Bautista de Ucrania. «Las que están en la parte occidental del país han ofrecido refugio a los hermanos que viven en las regiones más difíciles en este momento. En el este de Ucrania, las iglesias están preparadas para actuar en la clandestinidad si Rusia toma el control de esa parte del país».
«Ya en la historia experimentamos persecución durante el dominio de la Unión Soviética. La iglesia de Ucrania no ha olvidado lo que significa ser perseguida. Nos reorganizaremos y seguiremos haciendo lo que siempre hacemos, predicar el evangelio», dijo el pastor.
Actividades cristianas ilegales
En Ucrania, las iglesias de la región oriental de Donbass están sometidas a una presión creciente desde 2014, cuando las protestas antigubernamentales desembocaron en un levantamiento respaldado por Rusia en las provincias de Donetsk y Luhansk, donde los rebeldes establecieron repúblicas autoproclamadas independientes. La guerra entre los separatistas apoyados por Rusia y el gobierno de Kiev, la capital ucraniana, ha provocado a lo largo de los años la huida de millones de personas de sus hogares y la muerte de otras tantas, causando una crisis humanitaria.
Las autoridades de ambas repúblicas han impuesto normas que obligan a las organizaciones religiosas a registrarse. Desde 2019, una lista de 195 organizaciones religiosas registradas por las autoridades de Luhansk mostraba que no se había concedido ningún permiso a las comunidades protestantes.
En junio del año pasado, las autoridades de la República Popular de Donetsk prohibieron el funcionamiento de tres iglesias cristianas y confiscaron los edificios de otras.
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