LA FIDELIDAD DE DIOS ES LA GLORIA DEL HOMBRE.
Pedro Juan y Santiago son los elegidos por Jesús a subir a la montaña para orar. La oración , dicho sea de paso, forma parte en la vida del Maestro y así quiere que también lo sea en la vida de los que estan con el. Les está indicando donde está la formula para alcanzar la meta cuando los momentos se barruntan difíciles e impredecibles.
Y es en esa búsqueda, en apertura total, que se produce el encuentro que hace que en Jesús se manifieste la gloria de lo que vendrá al aceptar en sí toda la profecía - conversa con Elías y Moisés - y el proyecto liberador de Dios para con los hombres.
Hablan de su pasión, de lo que va a suceder, de la entrega: gloria y muerte se dan la mano y de nuevo aparece el sueño y el cansancio y el deseo de permanecer en este lugar y momento privilegiado por parte de los que le acompañan y que en el fondo evitaría el final del camino que se ha emprendido. No se dan cuenta de que la gloria del Padre manifestada en ese momento en el Hijo será mas total, mas completa y para siempre, habiendo llegado al final del camino. No se dan cuenta de que hay que asumir la entrega de todo lo que se es para que el Padre sea y haga a todos participes de su vida, de su ser y por ende, de su gloria.Va a ser el testimonio del Padre, su presencia, su voz e indicación, quien manifestando la filiación del Hijo escogido y al que hay que escuchar, el que indica el camino: hay que seguir adelante. Ahora no es el momento de la gloria definitiva. Este no es el monte de la entrega, está en otro sitio, en medio de los hombres y al que hay que acudir para que todos sean testigos de su amor irrenunciable, de ese apostar por la cercanía y mano siempre tendida ofreciendo amistad. Entrega que acepta y lleva a cabo el testimonio definitivo con el "perdónales" gritado en la cruz y que ya es en sí manifestación de su gloria y que junto junto con la resurrección conforma, ofrece y envuelve en su gloria al hombre.¡¡Feliz día del Señor!!
José Rodríguez Díaz
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