sábado, 29 de mayo de 2021

A los 8 años del derrumbe del complejo Rana Plaza en Bangladés

an pasado ocho años del derrumbe del complejo Rana Plaza y vence este mes el acuerdo vinculante que firmaron las grandes marcas, para prevenir un nuevo desastre en el país, sin un compromiso firme por renovarlo El mundo entero se escandalizó después de que muriesen 1.134 personas en la devastadora tragedia de Rana Plaza el 24 de abril de 2013 en Bangladés. Las imágenes espantosas mostraron cuerpos siendo extraídos de las ruinas tras el colapso de un complejo de fábricas textiles de ocho plantas en Daca y las familias horrorizadas que se encontraban allí, esperando a recibir noticias de sus seres queridos. Tras el desastre, las principales marcas negaron ser conocedoras de que sus prendas fuesen fabricadas allí, así que los activistas se vieron forzados a escarbar entre los escombros para encontrar etiquetas de marcas que identificasen a las empresas relacionadas con la fábrica. Ocho años después los trabajadores textiles siguen perdiendo sus vidas trágicamente mientras fabrican nuestras prendas. En noviembre de 2020, 12 personas murieron en una explosión en una fábrica textil en Guyarat, India. En marzo de este año fallecieron 20 personas y docenas resultaron heridas después de un incendio en una fábrica de ropa en el Cairo, Egipto, y otras ocho murieron y 29 resultaron heridas cuando se derrumbó un edificio de 10 plantas en esa misma cuidad y en el mismo mes. Mientras tanto, en Gazipur, Bangladés, falleció una persona y otros 42 trabajadores salieron heridos en el incendio de una fábrica. Como decíamos en abril de 2021 se cumplieron ocho años desde el colapso del edificio Rana Plaza, un complejo de nueve plantas con varios talleres textiles de Dacca, la capital de Bangladés. Esta es la peor tragedia en el sector que se recuerda, en la que murieron 1.134 personas. La mayoría de ellas habían dejado atrás la pobreza en las zonas rurales del país tras haber sido empleadas por subcontratas para trabajar para grandes marcas de moda. El día anterior al colapso se supo que habían aparecido grietas profundas en el edificio. Algunos empleados rogaron que no los enviaran adentro, o accedieron a hacerlo por miedo a perder sus salarios. En algún momento antes de las nueve de la mañana, los pisos comenzaron a caer dejando solo intacta la planta baja. Los sindicatos aseguraron que no fue un incidente laboral y lo llamaron un “homicidio industrial masivo”. El colapso de Rana Plaza no fue el primero de estas características. Sin embargo, las historias de supervivientes y de sus familias se hicieron con las portadas de todo el mundo. Unas semanas después, nació el Acuerdo de Seguridad de Bangladés como un programa vinculante al que se unieron más de 200 marcas, algunas con empleados en el edificio derrumbado, para tomar medidas en el asunto y prevenir un desastre similar. Gracias a este Acuerdo, desde entonces se han llevado a cabo inspecciones periódicas para verificar las instalaciones de electricidad, las puertas contra incendios y la capacidad estructural de las fábricas. Sin embargo, “la situación cambió en mayo de 2019”, explica Christie Miedema, de la oficina internacional de la campaña Ropa Limpia, una red que trabaja para mejorar las condiciones laborales de la industria global de la confección.

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