PARA DAR FRUTO ABUNDANTE.
La semana pasada nos encontramos a Jesús que hablaba a los fariseos mostrándose como el Buen Pastor. En este domingo se dirige a los discípulos y, volviendo a tomar un ejemplo de lo cotidiano, la vid, les habla de fidelidad, de la necesidad de estar en el, de alimentarse y nutrirse de la misma savia con la que El se nutre. La palabra clave es permanecer. Les invita a permanecer en El si quieren dar fruto, si quieren llevar adelante la misión y que esta cumpla con su objetivo. Porque, les dice, el sarmiento no puede dar frutos si no esta unido a la vid.
De esta forma advierte ante los peligros que puedan surgir en el corazón de cada uno y que alimentados por un afán de protagonismo exacerbado, con facilidad nos pueden lleva a pensar que uno es el que salva y no el Señor.
Saber permanecer en el Señor a pesar de los años, a pesar del cansancio, de las monotonías y rutinas, de los fracasos y las apatías. El es el único que nos puede sacar de todo ello con su entrega que sigue siendo actual, necesaria, vital. El es el único capaz de sacar de lo yermo, de lo viejo, lo nuevo, de la oscuridad llevar a la luz, de la apatía a la ilusión , de levantar al hombre de su postración como hombre nuevo que lleno de ilusión quiere caminar por los caminos del mundo con la confianza de no saberse solo y de que su proyecto es también del Maestro.
Permanecer en el, nos pide, para no caer en el fracaso y disgusto personal... Permanecer en el... Ahí está el gran reto, pase lo que pase y venga lo que venga y para ello, la oración, la contemplación que es donde se nutre y fortalece la fidelidad y en donde el Señor, como siempre, nos habla al corazón
¡¡Feliz pascua del Señor!!
José Rodríguez Díaz.
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