LA DOLOROSA DE LUJÁN
¿ Cómo aliviar tu soledad, tu pena,
esa que ha partido en dos tu corazón?
¿Cómo endulzar o encontrar una razón
cuando es tu hijo quien sufre tal condena?
Contemplo tu rostro de madre buena
y se adueña de mi alma la desazón
subiéndome hasta los labios la agrazón
de tan honda amargura y tan serena.
Tu apacible rostro, rostro valiente,
invita a la piedad y a la ternura
y no te avergüenzas de que la gente
vea tus ojos, antes pura hermosura,
rojos de llorar incesantemente
por tu hijo maltratado. ¡Qué locura!
José Rodríguez Díaz
¿ Cómo aliviar tu soledad, tu pena,
esa que ha partido en dos tu corazón?
¿Cómo endulzar o encontrar una razón
cuando es tu hijo quien sufre tal condena?
Contemplo tu rostro de madre buena
y se adueña de mi alma la desazón
subiéndome hasta los labios la agrazón
de tan honda amargura y tan serena.
Tu apacible rostro, rostro valiente,
invita a la piedad y a la ternura
y no te avergüenzas de que la gente
vea tus ojos, antes pura hermosura,
rojos de llorar incesantemente
por tu hijo maltratado. ¡Qué locura!
José Rodríguez Díaz
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