LA PALABRA DEL DOMINGO.
DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.
Luc. 21,5-19
¿ COMO PERSEVERAR?
Ya casi a las puertas del último domingo del tiempo ordinario que será el próximo y en el que celebramos la fiesta de Cristo Rey, los textos que se nos ofrecen para la reflexión nos llevan a plantearnos nuestro seguimiento y fidelidad, esperanza y confianza en el Señor al que con tanto empeño, esfuerzo y alegría estamos anunciando. El próximo domingo le aclamaremos como Rey y Señor de todo, pero antes hemos de estar bien pertrechados en lo que a su seguimiento respecta, porque , nos dice en el texto de este domingo, que no va a ser fácil mantenernos en la fe, que por nuestras fuerzas nosotros solos no podemos y que necesitamos de su misericordia y compañía , para poder superar las pruebas que vengan y que serán de toda índole y desde cualquier parte.
Escucharemos que nos dice que con nuestra perseverancia salvaremos nuestras almas.
Saber perseverar, saber estar, aguantar el embate de lo que viene de fuera y de las tormentas que puedan originarse en nuestro interior. Estar dispuestos a aceptar que aún aquello que mas queremos, se nos pueda escapar de entre nuestras manos porque, al fin y a la postre, lo único duradero y que va a permanecer es Dios y su obra.
Esto nos lleva a pensar y reconocer que necesitamos de la misericordia del Señor, que El es el único que sostendrá en pie este templo suyo que somos todos y cada uno de nosotros.
No intenta Jesús amilanarnos con el miedo ni asustarnos haciendo previsiones de futuro, no. Estamos viendo que lo que se dice en el texto ha sucedido y esta sucediendo.
Lo que quiere Jesús es que no andamos despistados para que cuando venga no perdamos ni la fe, ni la esperanza y sigamos esforzándonos en el amor, que es lo que importa y lo que nos lleva a saber confiar en Dios, a perseverar, porque todo pasa, Dios no.
¡¡Feliz día del Señor!!
DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.
Luc. 21,5-19
¿ COMO PERSEVERAR?
Ya casi a las puertas del último domingo del tiempo ordinario que será el próximo y en el que celebramos la fiesta de Cristo Rey, los textos que se nos ofrecen para la reflexión nos llevan a plantearnos nuestro seguimiento y fidelidad, esperanza y confianza en el Señor al que con tanto empeño, esfuerzo y alegría estamos anunciando. El próximo domingo le aclamaremos como Rey y Señor de todo, pero antes hemos de estar bien pertrechados en lo que a su seguimiento respecta, porque , nos dice en el texto de este domingo, que no va a ser fácil mantenernos en la fe, que por nuestras fuerzas nosotros solos no podemos y que necesitamos de su misericordia y compañía , para poder superar las pruebas que vengan y que serán de toda índole y desde cualquier parte.
Escucharemos que nos dice que con nuestra perseverancia salvaremos nuestras almas.
Saber perseverar, saber estar, aguantar el embate de lo que viene de fuera y de las tormentas que puedan originarse en nuestro interior. Estar dispuestos a aceptar que aún aquello que mas queremos, se nos pueda escapar de entre nuestras manos porque, al fin y a la postre, lo único duradero y que va a permanecer es Dios y su obra.
Esto nos lleva a pensar y reconocer que necesitamos de la misericordia del Señor, que El es el único que sostendrá en pie este templo suyo que somos todos y cada uno de nosotros.
No intenta Jesús amilanarnos con el miedo ni asustarnos haciendo previsiones de futuro, no. Estamos viendo que lo que se dice en el texto ha sucedido y esta sucediendo.
Lo que quiere Jesús es que no andamos despistados para que cuando venga no perdamos ni la fe, ni la esperanza y sigamos esforzándonos en el amor, que es lo que importa y lo que nos lleva a saber confiar en Dios, a perseverar, porque todo pasa, Dios no.
¡¡Feliz día del Señor!!
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