EL PAPA FRANCISCO HA DICHO

El Papa en Santa Marta 19-2-19: «Tener un corazón que se asemeje al corazón de Dios, un corazón de hermano con los hjermanos"* «Un corazón humano, como el de Jesús, es un corazón divino… Está la gran calamidad del diluvio, está la gran calamidad de las guerras de hoy, donde la cuenta de la fiesta la pagan los débiles, los pobres, los niños, los que no tienen recursos para seguir adelante. Pensemos que el Señor está sufriendo en su corazón y acerquémonos al Señor y hablemos con él, digámosle: “Señor, mira estas cosas, yo te entiendo”. Consolemos al Señor: “Yo te comprendo y te acompaño”, te acompaño en la oración, en la intercesión por todas estas calamidades que son fruto del diablo que quiere destruir la obra de Dios

 Dios, nuestro Padre, es cercano, total y fiel. Y aunque se esfumara el amor de nuestros padres, el amor de Dios permanece siempre»

* «Todos hemos pasado por esta experiencia: hemos amado pero luego ese amor ha cesado o se ha vuelto débil. Deseosos de amar, nos hemos tenido que enfrentar, en cambio, con nuestros límites, con la pobreza de nuestras fuerzas: incapaces de mantener una promesa que en los días de gracia parecía fácil de lograr. Después de todo, incluso el apóstol Pedro tuvo miedo y escapó. El apóstol Pedro no fue fiel al amor de Jesús. Siempre hay una debilidad que nos hace caer. Somos mendigos que en el camino corren el peligro de no encontrar nunca por completo el tesoro que buscan desde el primer día de su vida: el amor»

El Papa en Santa Marta 18-2-19: «el Señor pregunta dónde está en nuestro corazón el hermano hambriento, enfermo y encarcelado»

* «¿Hay lugar para estas personas en nuestro corazón? ¿O hablamos, sí, de la gente, y descargamos un poco nuestra conciencia dando limosna? Estamos acostumbrados a dar respuestas de compromiso, respuestas para escapar del problema, no para ver el problema, para no tocar el problema… Cuando llevamos esta vida oscura sin tomar en nuestras manos lo que el Señor Jesús nos enseñó, el pecado está agazapado en la puerta, esperando para entrar. Y para destruirnos»