sábado, 24 de noviembre de 2018

EL PAPA FRANCISCO HA DICHO






El Papa en Santa Marta 15-11-18: «La Iglesia crece en el silencio, sin dar espectáculo, en la Eucaristía, con las buenas obras, en la comunidad donde todos se aman»


* «Que el Señor nos ayude a no caer en la tentación de la seducción. “Nosotros querríamos que la Iglesia se viera más; ¿qué cosa podemos hacer para que se vea?”. Y se suele caer en una Iglesia de los eventos que no es capaz de crecer en silencio con las buenas obras, a escondidas. La Iglesia crece también con la sangre de los mártires, hombres y mujeres que dan su vida. Hoy hay tantos de ellos. Curioso: no son noticia. El mundo esconde este hecho. El espíritu del mundo no tolera el martirio, lo esconde»


El Papa en la Audiencia 21-11-18: «Como lo dijo el Señor Jesús, en el corazón del hombre nacen los deseos malvados y la impureza»

* «Es vano pensar en poder corregirse sin el don del Espíritu Santo. Es vano pensar en purificar nuestro corazón solo con  un esfuerzo titánico de nuestra voluntad: eso no es posible. Debemos abrirnos a la relación con Dios, en verdad y en libertad: solo de esta manera nuestras fatigas pueden dar frutos, porque es el Espíritu Santo el que nos lleva adelante. Dios es el único capaz de renovar nuestro corazón, a condición de que le abramos el corazón. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5, 3). Sí, benditos  aquellos que dejan de engañarse creyendo que pueden salvarse de su debilidad sin la misericordia de Dios, que es la sola que  puede sanar el corazón. Solo la misericordia del Señor sana el corazón.  Bienaventurados los que reconocen sus malos deseos y con un corazón arrepentido y humilde, no se presentan ante Dios y ante los hombres como justos, sino como pecadores»
* «En ese día, cada uno de nosotros tendrá que comprender si la Palabra del Hijo de Dios ha iluminado nuestra existencia personal o si le ha dado la espalda, y ha preferido confiar en sus propias palabras. Será más que nunca el momento de abandonarnos definitivamente al amor del Padre, y de confiarnos a su misericordia. ¡Nadie puede escapar de este momento, nadie de nosotros puede escapar a este momento! La astucia que a menudo ponemos en nuestro comportamiento para dar crédito a la imagen que queremos ofrecer, ya no servirá. De la misma manera, el poder del dinero y los medios económicos con los que pretendemos comprar todo y a todos, ya no podrán ser utilizados. Tendremos con nosotros nada más que lo que hemos logrado en esta vida, creyendo en su Palabra. Todo y nada de lo que hemos vivido o dejado de hacer»

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