sábado, 17 de noviembre de 2018

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO  XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.
Marc.  13,24-32



ESE SABER ESPERAR


     Habla Jesús a sus discípulos del final de este mundo y lo hace  desde un lengua apocalíptico: tinieblas, sol, luna, las estrellas que caerán del cielo, etc. es una forma  de decir que la construcción de este mundo no es eterna , es pasajera y que hemos de estar preparados para nuestra propia entrega; con todo y a pesar de todo lo que pase , el Señor no abandonara a los suyos esta es una gran noticia. Jesús garantiza con su palabra el auxilio del Padre a todos los que le siguen y buscan, a todos los que quieran  estar con el y quieran entender.

 Y,  ¿cómo podemos averiguar que esto va a suceder?  ahí tenemos  en la segunda parte a un Jesús mas sencillo, mas cercano al corazón ,  que nos dice que si somos capaces de interpretar  los signos de la naturaleza cuando llega la primavera, también seremos capaces de interpretar los signos que el Padre nos da para entender y saber cuando todo esto sucederá
El se anunciará como la primavera, como el buen tiempo, porque sabemos que el esta cerca, a la puerta.
 Otra de las cosas que se nos dice es que esto solo compete al Padre, solo el  es quien dispone de esta creación nacida de sus manos.
 En el fondo, Jesús lo que esta haciendo es pedir fidelidad y confianza a los discípulos y que no desesperen, su palabra se cumplirá, pero la ultima palabra, como ya hemos dicho, la tiene el Padre. Lo nuestro es confiar y saber esperar estando atentos a la voz del corazón , huyendo del miedo y del espanto porque el Señor viene , el Hijo del Hombre viene  y viene para salvarnos
¡¡Feliz día del Señor!!



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