Papa Francisco en homilía del Miércoles de Ceniza 14-2-18: «¡Detente, mira y vuelve! El Señor te dará un corazón nuevo»
* «Y si el fruto de la fe es la caridad —como le gustaba repetir a la Madre Teresa de Calcuta—, el fruto de la desconfianza es la apatía y la resignación. Desconfianza, apatía y resignación: esos demonios que cauterizan y paralizan el alma del pueblo creyente. La Cuaresma es tiempo rico para desenmascarar éstas y otras tentaciones y dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del Corazón de Jesús»
Papa Francisco en el mensaje para la JMJ: «Como María, ¡jóvenes no teman! Dios nos llama por nuestro nombre»
*
«Se necesita el silencio de la oración para escuchar la voz de Dios
que resuena en la conciencia. Él llama a la puerta de nuestro
corazón, como lo hizo con María, con ganas de entablar en amistad
con nosotros a través de la oración, de hablarnos a través de las
Sagradas Escrituras, de ofrecernos su misericordia en el sacramento
de la reconciliación, de ser uno con nosotros en la comunión
eucarística. Pero también es importante hablar y dialogar con
otros, hermanos y hermanas nuestros en la fe, que tienen más
experiencia y nos ayudan a ver mejor y a escoger entre las diversas
opciones. Nunca perdáis el gusto de disfrutar del encuentro, de la
amistad, el gusto de soñar juntos, de caminar con los demás. Los
cristianos auténticos no tienen miedo de abrirse a los demás,
compartir su espacio vital transformándolo en espacio de
fraternidad. No dejéis, queridos jóvenes, que el resplandor de la
juventud se apague en la oscuridad de una habitación cerrada en la
que la única ventana para ver el mundo sea el ordenador y
el smartphone. Abrid las puertas de vuestra vida. Que vuestro
ambiente y vuestro tiempo estén ocupados por personas concretas,
relaciones profundas, con las que podáis compartir experiencias
auténticas y reales en vuestra vida cotidiana»
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