sábado, 29 de abril de 2017

Cáritas formó a 72.000 personas en 2016, de las que 16.597 encontraron empleo

La institución sostiene 49 empresas de economía social, que facturaron 36,6 millones de euros

(Cameron Doody).- La economía solidaria que promueve Cáritas funciona. Ese es el mensaje que ha lanzado esta mañana la ONG en la presentación del informe Economía y personas. Cambiando el foco cambiamos los resultados. Con datos como el que atestigua a que 16.597 personas encontraron trabajo en 2016 gracias a sus proyectos de empleo. Pero también con el testimonio de José Manuel García, beneficiario de estos proyectos que se ha emocionado por el giro que le han dado a la vida.
"Lo que hace falta en la vida es más corazón y menos dinero". Así ha resumido García su experiencia de pasar a ser parado de larga duración, y de depender por vestirse y alimentarse de instituciones de caridad, a formar parte, a sus cincuenta años, del proyecto de agricultura ecológica de la Cáritas sevillana en el que ha encontrado trabajo. "Ojalá un día todas las empresas fueran como Bio-Alverde", ha continuado.

 "Los trabajadores estarían a gusto, se sentirían queridos, se sentirían parte de la empresa, y su desarrollo iría ligado al de la empresa".
Y es que difícilmente se podría encontrar una mejor descripción de lo que es la economía solidaria que la de García. "Más corazón y menos dinero" es precisamente lo que busca Cáritas en sus programas de empleo inclusivo, comercio justo, economía social, finanzas éticas, colaboración empresarial y consumo responsable de los que ha dado cuenta esta mañana.
Las cifras incluidas en su informe de 2016 no decepcionan. O mejor dicho, y en palabras de Paco Cristóbal, director de Desarrollo Social de Cáritas, "son el mejor testimonio de que es posible realizar una actividad económica sostenible, con principios de solidaridad y justicia, dirigida a garantizar el bienestar y el desarrollo de las personas en situación más precaria".
72.040 personas participaron el año pasado en los programas de empleo de la ONG de la Iglesia. El 23% de ellas consiguieron acceder a un trabajo, con lo que fueron en total 16.597 personas que de esta forma dejaron atrás la marginalidad social, un número que representa un incremento de 11% respecto al año anterior. Los beneficiarios fueron, en mayor parte, mujeres (62%), mayores de 45 años (32%) y con una formación básica (46%), cifras que atestiguan a que la economía solidaria representa una esperanza para todos los colectivos marginalizados.









































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