4ª predicación del padre Cantalamessa al Papa
“El Espíritu
Santo nos introduce en el misterio de la resurrección de Cristo”
“La
verdad es que todo lo que respecta a nuestra condición en el más allá
sigue siendo un misterio impenetrable; no porque Dios haya querido
tenérnoslo escondido, sino porque, obligados como estamos, a pensar cada
cosa dentro de las categorías del tiempo y del espacio, nos faltan los
instrumentos para representárnoslo. La eternidad no es una entidad que
existe separadamente y que se puede definir en sí misma, como si
fuese un tiempo prolongado hasta el infinito. Ella es el modo de ser de
Dios. ¡La eternidad es Dios! Entrar en la vida eterna significa
simplemente ser admitidos, por gracia, a compartir el modo de ser de
Dios. Todo esto no habría sido posible si la eternidad no hubiera
entrado antes en el tiempo. En Cristo resucitado, y gracias a él,
podemos revestirnos del modo de ser de Dios. San Pablo se representa lo
que le espera después de la muerte como un «ir a estar con Cristo» (Flp
1,23). Lo mismo se deduce de la palabra de Jesús al buen ladrón: «Hoy
estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23,43). El paraíso es un estar
«con Cristo», como sus «coherederos»”
*
«La pereza es un pecado que paraliza, nos hace paralíticos. No nos deja
caminar… Hoy el Señor nos dice a cada uno de nosotros: ‘Levántate, toma
tu vida como sea, bella, fea, como sea, tómala y ve adelante. No tengas
miedo, ve adelante con tu camilla’... Es tu vida, es tu alegría.
‘¿Quieres curarte?’ – es la primera pregunta que hoy nos hace el Señor
–. ‘¡Sí, Señor!’. –‘Levántate’. Y en la antífona, al inicio de la Misa,
estaba aquel inicio tan bello: ‘Ustedes que tienen sed, vengan a las
aguas – son aguas gratis, no se paga –. Ustedes sacien la sed con
alegría’. Y si nosotros le decimos al Señor: ‘Sí, quiero curarme. Sí,
Señor, ayúdame que quiero levantarme’, sabremos cómo es la alegría de la
salvación»
*
«El prejuicio distorsiona la realidad y nos carga de animadversión
contra aquellos que juzgamos sin misericordia y condenamos sin
apelación. Eh… esto es pan de todos los días ¿eh? Cuando se habla mal de
los otros, se camina no en la luz: se camina en las sombras. Otra luz
falsa, porque es seductora y ambigua, es aquella del interés personal:
si evaluamos a hombres y cosas en base al criterio de nuestra
conveniencia, de nuestra satisfacción, de nuestro prestigio, no actuamos
con la verdad en las relaciones y en las situaciones. Si andamos por
este camino del buscar sólo el interés personal, caminamos en las
sombras»
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