lunes, 7 de octubre de 2013

LA AMISTAD ENTRE SEXOS OPUESTOS.

 Por Mary Sánchez

En uno de mis artículos anteriores hablé de la amistad y lo que para cada uno puede significar. Hoy retomo el tema para, en esta ocasión, hablar de la amistad entre un hombre y una mujer. No se sabe porque razón resulta tan difícil aceptar que dos personas de sexos opuestos puedan ser única y exclusivamente amigos.

Hay quienes se aferran a la arcaica idea de entender que entre un hombre y una mujer sólo puede existir una relación amorosa o un idilio pasajero.
Que esto ocurriera en épocas pasadas puede comprenderse pero, en pleno siglo XXI puede llegar a resultar cuando menos, sorprendente. Conozco a mujeres que tienen en un hombre a su mejor amigo y viceversa, amistad que puede funcionar durante muchos años aún cuando uno de los dos llega a tener pareja estable.
Si bien es cierto que el ser humano, sociológica mente hablando, en determinadas situaciones reproducen y repiten los mismos patrones a la hora de afrontar ciertas situaciones. Quizás porque las personas nos movemos por sentimientos y actitudes innatas, que en muchas ocasiones son condicionadas por la cultura, religión, política etc....
El ver las cosas de una manera o de otra puede depender también, de la educación recibida o de la maldad que emane de la persona que critica cualquier situación que no entre en sus cánones de vida o costumbres sociales. Pero, esa misma persona invadida por una malicia casi congénita, puede ver todo de color negro y siempre estará dispuesto a dar su opinión ponzoñosa aun cuando perciba una relación sana y limpia entre dos hombres o dos mujeres.
Se suele decir que la crítica es libre y, desde tiempos remotos, estamos acostumbrados a hacer sátira y murmuración ante todo aquello que, por nuestra incapacidad de comprensión, lo vemos todo según el color del cristal de nuestra conciencia.
Por suerte para todos cada vez somos más capaces de comprender y, sobre todo, respetar la vida de cada cual.
Para que esto ocurra es importante que padres y educadores siembren en los jóvenes la semilla de los valores humanos, con la firme confianza de que ellos, cambiarán los turbios pensamientos que lleva a despotricar de todo y de todos.

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