jueves, 31 de octubre de 2013

FIESTAS PARA MIRAR AL FUTURO

 UNA NUEVA VIDA
 Estamos a la puerta de inciar el mes de Noviembre que, sin darnos cuenta, nos sumerge de sopetón  en el paso del tiempo obligándonos a mirar hacia atrás y por ende darnos cuenta  de donde andamos.
 Lo iniciamos con dos fiestas que nos llevan a la memoria de los nuestros: "La fiesta de Todos los Santos" y "La Memoria de los Fieles Difuntos".
Con ello  nuestra vida pasada también se nos viene al presente: nuestra infancia, nuestros padres, nuestro hogar, lo que hacíamos de niños, lo que comíamos... Todo un mundo lleno de recuerdos y nostalgias que  siempre,  por estas fechas, nos sorprende y nos puede hasta sacar de la rutina en la que vivimos  o de las prisas con las que  andamos haciendo las cosas.
Y no nos viene nada mal, porque no deja de ser una ocasión para darnos cuenta de lo rápido que se nos va la vida de entre las manos, "cómo,  cualquier tiempo pasado fue mejor", diría el poeta.
Creo que es un buen momento para la reflexión personal, para entrar dentro de nosotros.
Sucede que muchas veces no queremos pensar y no porque no tengamos tiempo, sino porque el miedo se apodera de nosotros y corremos un tupido velo que no termina de ocultar la realidad, porque sigue estando ahí, donde siempre. Nuestra realidad...
¿Quien soy ? ¿De dónde vengo? ¿ A dónde voy?
¿Dónde estoy?  ¿ A dónde quiero ir? ¿ Qué es la vida? ¿Qué la muerte?
Ante la fuerza de estas preguntas no podemos mirar para otro lado. En la respuesta que seamos capaces de dar  se pone en juego todo lo nuestro, lo que somos,  total y enteramente. Va, nuestro equilibrio personal. Va...Nuestra felicidad.
 Para los creyentes la fe, la esperanza y el amor como don  y cercanía de Dios, encienden una luz en nuestras posibles oscuridades, sosiegan el ánimo, alivian la pena y brota la oración , como agua de fuente, que consuela nuestra  sed, refresca y hace germinar la semilla de aquella alegría de la que nos habló Jesús.
 Es necesario que no andemos queriendo ocultar nada, es necesario ponernos manos a la obra, es necesario dejarnos "reanimar" ante  nuestra contingencia, por el Dios Trinitario  que  se acerca a nosotros, que quiere darnos su misma vida y nuestra vida,  empesará a ser otra.
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