Dice un refrán: " es de bien nacidos el ser agradecidos" Y eso es lo que pasa en el texto del evangelio de Hoy.
Jesús cura a diez leprosos en la regióm de Samaría y solo uno de ellos cuando van de camino a presentarse al sacerdote, que es lo que Jesús les dice que hagan, se da cuenta de que ha sido curado y vuelve a dar gracias a Dios por lo que ha visto ha sucedido en su vida.
Esta actitud de agradecimiento le granjea otra salvación, ya experimentaron la gracia al ser curados, pero el volver de este hombre para dar gracias reporta un reconocimiento hacia aquel que le ha favorecido y eso es lo que posibilita que la salvación , no solo del la lepra que le impedía estar con los suyos, entre los suyos, le abre las puertas a una nueva y otra familia, la familia de los que reconocen a Dios como el dador de todos los dones y que le acepta en su vida como el Dios de la misericordia, el Dios Padre. y no el "dios soluciona todo"
Suele ser muy frecuente entre nosotros aquello de acordarnos de Dios cuando la vida aprieta, pero una vez superada la dificultad, pues hasta otra nueva apretura, sin dar gracias y sin entablar, aprovechando la ocasión, un a nueva relación con aquel que nos ha favorecido cuando le hemos solicitado ayuda. En una palabra, que a veces y con mucha frecuencia, no somos agradecidos y eso... eso nos endurece porque cada vez mas nos lleva a pensar que tenemos derecho a todo, enquistándonos en un egoismo que propicia pensar que Dios no nos quiere cuando no se solucionan los problemas. Nos parece que nos nos escucha y hasta llegamos a enfadarnos y a renegar de El. Nos volvemos exigentes como niños mal educados y antojadizos.
Es una buena lección la que nos trae el texto de esta semana, que nos invita a desandar los caminos del olvido y del desagradecimiento y a buscar mas allá del favor recibido a Aquel que nos lo ha concedido porque nos ama y quiere caminar con nosotros.
FELIZ DÍA DEL SEÑOR.
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