martes, 9 de octubre de 2012

POR MARÍA SÁNCHEZ

¿POR QUÉ OCURRE?
 EL ESTORNUDO
Como el que no quiere la cosa se nos puso encima el otoño y con él llegaron las primeras lluvias. Como decimos los canarios “un chispi, chispi” que a lo bobo nos va calando cuando, sin protección y haciéndonos los valientes, salimos a la calle con manga hueco.
Sin embargo a estas lluvias es conveniente tenerle algo más de respeto ya que, mientras en casa estamos sudando, al salir a la calle notamos que la temperatura ha bajado unos grados. Aquí dan comienzo las primeras gripes, catarros, o resfriados. Lo que nos obliga, en muchas ocasiones, a meternos en la cama. Antes de ir al médico nos atiborramos de  remedios caseros; miel con agua de romero, o de orégano y un sinfín de potingues que poco a poco nos saca ese malestar que se nos cuela hasta los huesos. Lo primero que nos aconsejan es la vacuna antigripal estacional. Ya sabemos que cada año viene con algo nuevo y, según los galenos, hay que prevenir. Si bien es cierto que somos muchos los que nos negamos a ser vacunados, pues digan lo que digan, parece que en cuanto te vacunas ¡Zas! Gripe al canto. Son mayoría los médicos que aconsejan que, una vez que el virus gripal se apodere de nuestro cuerpo, lo mejor es  guardar cama y, a menos que la cosa empeore, tomar los ya referidos remedios caseros. Bien es cierto que vamos al ambulatorio con un malejón y llegamos a casa con cuarenta de fiebre y la cabeza a punto de estallar. Entre los gritos de unos, los estornudos de otros y aquel que se suena como si tuviera una trompeta en la nariz, uno termina diciendo aquello de (Virgencita que me quede como estoy)Al llegar a casa hacemos suficiente acopio de clinex, antigripales y algún analgésico que nos ayude a ser más llevadera esta visita tan poco deseada. Como poco deseada es el otro tipo de visita que, con toda buena intención, pasa a saludarnos a la vez que va dejando su ineficaz receta contra la gripe y, que por mucho que le expliquemos que no es gripe lo que nos aqueja, se empeñan en que hagamos vapores de eucalipto blanco. Con esto de las nuevas leyes no sólo tenemos que sufrir el mal del invierno sino el temor de que nuestro “amado jefe” considere que por un (simple catarro) no podemos quedarnos en casa más de tres días y cuando caemos en la cuenta somos un número más en el paro. Entre todas las incomodidades y malestar que se nos presentan están los estornudos que muchas veces nos cuesta tanto sacar fuera. Un estornudo es un acto reflejo, consta de una inspiración prolongada seguida de una expiración violenta y ruidosa. Parece un acto sencillo, pero tiene más intríngulis de lo que parece. Se produce un complicado proceso en el que intervienen muchas partes del cuerpo.

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