Antes de hacerse al camino Jesús es abordado por un desconocido que quiere heredar la vida eterna pues aún siendo fiel a la ley no ha encontrado aquello que le lleve a sentirse realizado como seguidor que es de los mandamientos: los cumplo todos y desde pequeño, le dice a Jesús ante la propuesta que el le hace. Pero quiere mas y no sabe como alcanzarlo ¿Qué debo hacer ?

No era eso lo que el hombre quería. No estaba dispuesto a sentirse desvalido e inseguro, quería alcanzar la vida eterna, pero la suya. No comprendió que es Dios y solo Dios, quien realiza la salvación. "Se marcho pesaroso porque era muy rico".
La propuesta de Jesús no deja de tener su aquel de radicalidad y exigencia, eso de quedarte sin nada, de venderlo todo, por la vida eterna, tiene sus mas y sus menos. El hombre actuó como lo hacemos muchos de nosotros hoy. Prefirió la seguridad que le daba su riqueza a la utopía que se le proponía. También a los discípulos les dolió y haciendo propia la situación se preguntan por la posibilidad de la salvación, en definitiva, por si merece la pena seguir a Jesús.
"Es imposible para los hombres, pero no para Dios". No les va a faltar de nada, poseerán la vida eterna, pero es necesario liberar el corazón de los deseos y anhelos que impiden que Dios actúe y haga su obra. La salvación es obra de Dios, no nuestra y el apego a las cosas, a lo nuestro, es el gran obstaculo que impide que en muchas ocasiones sea una realidad en nuestra vida.
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