sábado, 20 de octubre de 2012

DOMINGO XXIX DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.

  QUIERO UN CARGO IMPORTANTE

 "Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir" le dicen los hijos  de Zebedo  a Jesús. La respuesta, cargada de solicitud y de atención, no se deja esperar. Esto les lleva a expresar sin tapujos lo que quieren y también sin tapujos, sin amilanarse, sin rodeos, Jesús les responde con una propuesta muy concreta y bastante distinta a lo que ellos le piden y que les interroga.
 
Ante la posibilidad de alcanzar lo que desean ellos no se arredran, ¡faltaría más!  pero hay algo con lo que no cuentan y es que lo de estar a su derecha o a su izquierda en el Reino no lo puede conceder Jesús porque  ya está reservado, esto debió de  desinflarles totalmente. Esa reserva ya está hecha y sin nombre. Es para los que aceptan la palabra de Dios y en fidelidad a lo largo de toda su vida, se dedican al servicio de los mas pobres y necesitados, para los que no buscan prestigio ni honores, ni adulaciones ni andan mirando en los asuntos del Reino, que es lo que les conviene hacer o no, para poder medrar. Está reservado para los pobres y sencillos de corazón que  buscan y aman a Dios sin rodeos y lo viven desde el encuentro con el hermano sintiéndose hermanos de todos.
Lo cierto es que el tema desata la polémica en el resto del grupo y Jesús, una vez mas, ha de salir al paso y como maestro que es, les instruye y les dice una vez mas cual ha de ser la primacía del corazón a la hora de caminar con El, en el servicio del anuncio del Reino de Dios. No se trata de ser jefes, no se trata de mandar, no se trata de prestigio o de cargos o puestos por ocupar. Se trata de solicitud, de sencillez, de humildad y disponibilidad, de entregar la vida a todo el que se acerque, como El mismo está haciendo y hará hasta la cruz, para que  el hombre encuentre en su camino el amor y el perdón de Dios.
Llama la atención la paciencia con la que Jesús adoctrina a los discípulos e insiste una y otra vez en lo mismo de miles formas y maneras hasta el final de sus días
 Con frecuencia nos interroga  lo que hizo Judas, pero es que estos no se quedaban tampoco atrás, la diferencia es que Judas no terminó por entenderlo y estos sí.
Es una lección que también nosotros tendemos a olvidar, con mas  frecuencia de lo que nos  pueda parecer, y andamos con las tonterías de los cargos y las responsabilidades. Muchas veces esto lo cubrimos con capa de servicio, pero en el fondo lo que hay es lo mismo que movió a los de Zebedo, que pretendían que el Maestro hiciera lo que ellos le proponían. Olvidamos la respuesta que se les da y que de lo que se trata, que es servir y servir  y acoger  y acompañar, que es una de las multiples formas de dar la vida en recate por los demás.
 Aunque no veamos los resultados de inmediato, y no tenemos por qué verlos, hemos de aprender de la paciencia y solicitud  del Maestro en nuestro hacer  el camino con El, desde El por El. El que nos indica, no el de nuestros antojos.
Es sólo así como un día podremos presentarnos ante el Padre quien decidirá lo del puesto, que es lo de menos, ya que lo importante es que alcancemos misericordia y perdón. En una palabra, la salvación.
Feliz día del Señor. 

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