sábado, 27 de diciembre de 2025

León XIV en Navidad: La paz de Dios nace de un sollozo acogido

 En su primera Navidad como Sucesor de Pedro, el Santo Padre presidió la Eucaristía en una Basílica de San Pedro desbordada de fieles. Bajo una lluvia incesante, el Pontífice recordó que la paz solo es posible cuando nos dejamos interpelar por la fragilidad de los más vulnerables.

Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano
Roma amaneció, este jueves 25 de diciembre de 2025, bajo una intensa lluvia que se cierne sobre la ciudad desde hace varios días, pero este clima adverso no fue un impedimento para que miles de personas se dirigieran a la Basílica de San Pedro para acompañar al Papa León XIV en su primera Navidad como Sumo Pontífice.

Debido a que la cantidad de fieles excedía los lugares disponibles en el templo, muchos siguieron la eucaristía desde la plaza a través de las pantallas gigantes. La ocasión tuvo, además, un componente muy especial, pues la última vez que un Pontífice había presidido la misa el mismo día de Navidad fue en 1994, con Juan Pablo II.

El Verbo se hace carne en el silencio

Durante su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre el misterio de la Encarnación, señalando que el Verbo de Dios se manifiesta paradójicamente sin saber hablar, como un recién nacido que solo llora. Explicó que esta "carne" representa la desnudez radical de quienes hoy carecen de palabra y dignidad.

“La carne humana requiere cuidado, solicita acogida y reconocimiento, busca manos capaces de ternura y mentes dispuestas a la atención, desea palabras buenas.”

Para el Pontífice, la Navidad nos arrebata de la indiferencia, recordándonos que el verdadero poder de ser hijos de Dios permanece enterrado mientras no escuchemos el llanto de los niños y la fragilidad de los ancianos.

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