POR SI SE NOS OLVIDA QUE JUNTOS SOMOS MAS.
Este año nos coinciden en este domingo dos celebraciones que forman parte de la tradición de la iglesia como son la Sagrada Familia de Nazaret y la fiesta de los Santos Inocentes. Ambas creo tienen algo que decir y aportar a nuestra fe, en lo que respecta a la escucha de la palabra y el seguimiento de Jesús hoy día.
Los texto que se ofrecen a nuestra consideración son de la fiesta de la Sagrada Familia pero eso no debe ser obstáculo para que tengamos tambien presente a Los Santos Inocentes. Vamos a ellos . El primer texto que escuchamos pertenece al libro del Eclesiástico que pertenece al grupo de los libros de la Sabiduría de Israel y fué escrito por un tal Sirácida entre los años 190 - 170 antes de Cristo. Se le conoce como el libro del Eclesiástico porque en los primeros momentos las comunidades cristianas, la Iglesia, lo usaron como guía y catecismos para vivir una vida cristiana con dignidad.
Nos encontramos en el texto de hoy ( Ecle. 3,3-7,14-17) una reflexión dirigida a la familia en general y dentro de ello a la relación entre sus miembros y en donde se nos dice que cada uno desde el lugar que ocupa y le corresponde debe ser respetado y tenido encuentra. En el fondo es una amplia reflexión sobre el cuarto mandamiento que dice: “ Honra a tu padre y a tu madre porque eso le agrada al Señor. Se invita a los hijos a que anden y se comporten con sus mayores desde el temor del Señor. Que eso le agrada a Dios y no la olvidará.
Es muy sugerente este texto para los tiempos en los que estamos viviendo en donde la utilidad se ha ido imponiendo y colando en nuestra vida de forma que ya el que no produce no sirve, es un estorbo, hay que arrimarlo. La Sagrada Escritura nos dice que eso no debe ser así, el respeto, la consideración, la escucha y atención, el cuidado de los mayores es deber, obligación y mandato del Señor para los hijos con respecto a los padres.
La segunda lectura que hemos escuchado es de la carta que escribe Pablo a los de Colosas
( Col. 3,12-21 ) y en donde les exhorta a vivir como pueblo de Dios que son y les recuerda todo lo que ello implica pasando desde la misericordia hasta el perdón en la relación con los otros y teniendo muy en cuenta la bondad, la dulzura, la humildad. Pablo sueña con una iglesia familia y una familia iglesia e insiste constantemente en ello de miles formas y maneras. El texto de hoy es un ejemplo de.
Pasamos ahora al Evangelio que es de San Mateo ( Mt. 2,13-15.19-23 ) y en donde se nos presenta a José, el obediente, teniendo que tomar una decisión importante desde la Palabra de Dios que en esta ocasión implica a su familia. La vuelta soñada a Nazaret por ahora no es posible, hay que llegar a Egipto, lo de Nazaret ya el Señor lo decidirá.
Y mientras tanto, Herodes el Grande haciendo de las suyas y mandando matar a todos los niños menores de dos años . El miedo le atenaza el corazón y le lleva a agredir a los mas débiles porque piensa que le van a quitar su reino y que su vida está en peligro. Siempre el afán de poseer, mandar y gobernar el mundo, por encima de todo y mas allá de la misma vida de los otros, sean inocentes o no.
La fiesta y los textos de hoy nos han de llevar a pensar en nuestra familia, en los nuestro, en la calidad y cantidad de nuestra relaciones, en nuestra disponibilidad, en el sentido y conciencia de pertenencia, en luchar por eso que llamamos casa, para que realmente sea hogar y no casa, como suele pasar muchas veces, casa, digo, de locos, en donde no hay respeto ni nada parecido, en donde cada cual va a lo suyo, en donde entro y salgo como en una pensión; en una palabra, en donde el egoismo impera.Pero, hay algo mas y es que tenemos, necesitamos tambien, pensarnos como familia, la gran familia universal. Para los Cristianos esto no puede ser una opción pues sabemos de nuestro origen familiar y que como nos dice Juan en el prólogo de su Evangelio, somo la Gran Familia de los Hijos de Dios; familia que no ha nacido del deseo humano, ni de la carne, sino del amor de Dios.
Con todo esto en nuestra vida no podemos ser o andar indiferentes ante el desconcierto de los que no han tenido la oportunidad de saber del calor de un hogar, de padre o madre, de cariño, perdón o ternura y sobre todo de los que no han sabido o no saben de Amor de Dios, que es el creador de la gran familia humana. Esa que somos nosotros.¡¡FELIZ DÍA DE LA FAMILIA !!
José rodríguez Díaz.


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