sábado, 1 de julio de 2023

LA PALABRA DEL DOMINGO . DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A.

 PERDER PARA GANAR.

En domingos anteriores hemos estado  zambulléndonos en el capitulo  diez del evangelio de San Mateo en donde hemos tenido ocasión de descubrir  que es lo que motiva a Jesús a constituir el  grupo de los Apóstoles y enviarlos a anunciar la Buena Noticia. También hemos tenido ocasión de descubrir las recomendaciones que Jesús da a estos que son enviados para anunciar  a los que andan  "como ovejas sin pastor "

  En este domingo terminamos  de reflexionar  con este capítulo el tema del envío y si en domingo anteriores veíamos como Jesús  les invita a la transparencia, a decir siempre la verdad,  a no tener miedo a lo que los hombres puedan pensar o hacer en lo que a ellos y su anuncio respecta, en este domingo nos encontramos que Jesús pide  la adhesión total y sin recortes a su persona. Han de saber estar por encima de afectos, apegos y amores que esclavizan y que son pregonados y propuestos como  aquellos que liberan al hombre, han de saber y asumir que la misión les va a exigir  aceptar   inconvenientes, esfuerzos y sacrificios que ellos no imaginan, no es un camino de rosas el que han de emprender y así  se los dice con esta expresión:  " El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mi" o con esta otra : " El que encuentre su vida, la perderá, y el que pierda  su vida por mi, la encontrará" Esto no sólo va dirigido a los que envía, sino también a aquellos que les han de escuchar. Es la radicalidad que exige la fidelidad al Maestro, el que les envía a la misión.

Y aquí está nuestro talón de Aquiles hoy porque es que con mucha frecuencia  ante las dificultades nos dejamos llevar por los miedos y queriendo o sin querer, contemporizamos  para no caer mal  o para  no  acarrearnos  la incomprensión o el rechazo  o a veces, la persecución de aquellos que sabemos  pueden hacernos daño y preferimos  suavizar, callar, no decir nada , no actuar  en ara de libertades que con frecuencia estan totalmente  enfrentadas a la verdad del Evangelio y que en lugar de liberar al hombre, a la persona, le hacen mas egoísta y le roban la vida  y ponemos en tabla de juicio  la veracidad de la Buena Noticia y la   valía de aquel que nos envía.

 Por ello, muchos van a encontrar, otros  van creer que encuentran pero están perdiendo. La misión  siempre anda en la  balance de ser aceptada o no  y eso va a depender de la fidelidad del que anuncia y del deseo del que escucha y quiera estar o no con el Señor . De todas formas, nada va a quedar sin recompensa. Todo el bien  y la acogida que hagan a uno de estos enviados   va a recibir su recompensa. ¡¡Feliz día del Señor!!

José Rodríguez Díaz 

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