En el mismo participaron laicos de Tenerife, Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, de los tres sectores de la Acción Católica General (ACG): Infancia, Juventud y Adultos.
El Encuentro comenzó con el Acto de Apertura, presentado por Saúl Santana (presentador de la Emisora Diocesana y profesor de instituto diocesano).
Entre otros temas se trabajó desde un Ver, Juzgar y Actuar sobre: el Primer Anuncio, el acompañamiento, parroquias evangelizadoras, el liderazgo compartido, etc. Y se presentó el nuevo proyecto de Primer Anuncio de ACG Cuatro40. Hubo una frase que resonó: “Quiero, ¿puedo?, ¿me acompañas?”
En este encuentro, a parte de los temas de formación, que se fueron trabajando, se celebraron dos momentos de oración diferentes: Oración Hakuna, y Oración de Taizé. Además, se contó con dos veladas: la primera adaptada a cada sector; y la segunda una Velada Canaria, con una barbacoa, y degustación de postres canarios, y un concurso de animación canario.
El domingo, se celebró la eucaristía, en la S.I. Catedral de Santa Ana, presidida por el Obispo Auxiliar de Canarias, D. Cristóbal Déniz Hernández, y concelebrada por: el Vicario General de Tenerife, D. Antonio Pérez Morales; el Vicario Episcopal de Tenerife, D. Juan Antonio Guedes Suárez; así como los consiliarios de ACG y otros sacerdotes, que se hicieron presentes, para acompañar este momento final del Encuentro.
Se finalizó esta eucaristía con el gesto del envío a todo el Archipiélago, con unas telas de colores, representativas de cada una de las Islas Canarias, que se desplegaron desde el altar de la Catedral y hacia el centro de la Plaza de Santa Ana.
Esto no se podría haber realizado, si no se hubiera contado con el equipo humano de las dos comisiones diocesanas de Tenerife y de Canarias, así como el gran apoyo de la Comisión Permanente de ACG, que fueron los encargados de los temas de la formación, y por asociados de la ACG de ambas diócesis. Y no podemos dejar de tener en cuenta que, hubo un “director de orquesta” fundamental, que se pudo ver a través de los rostros, gestos y actitudes de todos los participantes, el Espíritu de Dios, y que dejó claro que… ES LA HORA. ¡CAMINEMOS JUNTOS!
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