sábado, 29 de enero de 2022

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO CUARTO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C.

 OÍDOS PARA OÍR.

     El evangelio de este domingo nos sitúa  de nuevo en la sinagoga de Nazaret donde Jesús  manifestó que lo acababa de leer se estaba cumpliendo en ese momento. La gente no termina  de creerle  y  se escandalizan por lo que para ellos es algo inaudito. Ahora resulta que el hijo de José a quien todos conocemos, se arroga  lo que dice el profeta y se atreve a decir: " Hoy se cumple esta escritura"

Jesús se percata  de la resistencia  que  se desata  ante sus palabras y les pone el ejemplo de Elías y la viuda de Zarepta y el de Eliseo y Naamán el sirio. Ambos eran paganos, ambos se fiaron de la  Palabra del hombre de Dios y ambos encontraron, a pesar de las dificultades que  estaban padeciendo,  la salvación.

Intenta con ello hacerles caer en la cuenta de que Dios manifiesta su piedad y su misericordia  en  medio de las dificultades, pero es necesario fiarse. Intenta hacerles caer en la cuenta de la novedad de Dios que no deja de actuar en favor de los suyos. Intenta hacerles caer en la cuenta de que  vienen tiempos nuevos en donde la misericordia  y la fuerza de Dios se manifiesta en medio de su pueblo en favor de los mas desfavorecidos  y los que buscan el consuelo y que esto hará que la paz  y la esperanza  tome posesión  en sus corazones.

No lo aceptan, no quieren saber nada de ello, se niegan  a la acción de Dios prometida por el profeta y que ya está  encontrando cumplimiento, se resisten a ver. Falta la confianza en la  fidelidad de Dios que cumple con la palabra dada y terminan por  empujarlo fuera del pueblo con intención de  despeñarlo. Jesús  se abrió paso entre ellos y se alejó  de allí, Ya no volverá mas a su pueblo. 

 Qué  paso que  les puso tan furiosos? El hecho de que les ponga como ejemplo de obediencia y acogida de la  palabra de Dios a  los paganos, algo a lo que ellos se están negando, la escuchan, la celebran, la cantan y la oran pero no les llega al corazón , no les está transformando,  han  hecho  con y desde ella,  una forma de vida, una rutina que no les compromete y prefieren seguir  en ese tipo de indolencia  en donde  el cumplimiento de la norma ciega toda  posibilidad para que la Palabra de Dios sea  una novedad vivencial. No esperan nada. Están seguros  de si mismos pensando que son ellos desde esa fidelidad externa, los que provocan la acción salvadora de Dios,  cuando  y en el fondo, lo que Jesús les dice ,  haciendo suyo el mensaje de  Isaías,  es que es Dios quien salva por la acción del Espíritu y desde la obediencia de los que oyendo su palabra la aceptan y la hacen  vida. 

¿ No estará pasando algo de esto ente nosotros ?

No esteremos tan preocupados  mirando nuestros proyectos e intentando buscar soluciones de equilibrio y equilibradas sin dejar que el Espíritu de Dios actúe? 

¡¡ Feliz día del Señor !!

José Rodríguez Díaz       


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