sábado, 8 de enero de 2022

DOMINGO DESPUES DEL SEIS DE ENERO . FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR. CICLO C.

ESTE ES EL REGALO QUE  DIOS PONE EN NUESTRAS MANOS.

     Con esta fiesta del Bautismo del Señor concluimos el ciclo de la Navidad y se nos abre un camino  por el que se nos invita a transitar. Es el mismo Dios quien acontece en la obediencia de Jesús  al acercarse a Juan  para recibir, junto con los que le buscan, el bautismo. Es el mismo Dios quien manifestándose como Padre lo  señala  como  el predilecto  a orillas del Jordán  - frontera y puerta de entrada entre el desierto y la tierra prometida -  y quien acoge  y presenta  al Hijo amado  en su opción de entrega, al proyecto de caminar  junto a los hombres de buena voluntad para hacerles donación y despertar la conciencia de filiación.

Creo que este acontecimiento que hoy traemos al presente  debe llevarnos a preguntarnos por nuestro propio bautismo en donde  y desde el mismo Jesús, reconocemos y aceptamos a Dios como padre. Eso es lo fundamental  en nuestro bautismo y es ahí donde  debe estar la clave de nuestro comportamiento en la vida, somos hijos por el don del mismo Hijo. San Juan nos lo ha venido diciendo a lo largo de estos días en su primera carta. Con el Hijo y desde el, estamos llamados a aprender a  ser hijos de  Dios

Si esto no fuera así  la navidad  no  tendría ningún valor  para nosotros pues  es algo que Dios quiere hacer y que  no nos atañe a nosotros, luego , no nos dice nada... pero no, la navidad si que nos dice algo  y es que es el comienzo palpable de  la opción   que  se ofrece al hombre para  poder llamar a Dios padre pero para ello  es necesaria  la opción del hombre, la aceptación del hombre de esa oferta que ya en Jesús es una realidad  y que cada uno de nosotros  ha de preferir y asumir. No  solo se trata de que seamos hijos de Dios - decimos que todos las criaturas lo son -  bien, pero es que es necesario que nosotros, eso  que decimos lo aceptemos y lo llevemos a la realidad concreta de nuestros días, de nuestra historia.

No solo fue necesario que el padre ratificara a Jesús en su bautismo , también se hizo necesario que Jesús se comportara y viviera como Hijo de Dios a lo largo de toda su historia terrena y  estuviera tan metido en ello que pudiera  llevar a cabo su obra a pesar de las dificultades que  se le fueron mostrando. La relación comunión con el Padre fue  esencial para el, lo mismo debe serlo para nosotros. Por ahí creo que nos queda mucho camino por andar.

¡¡Feliz día  de filiación !!

José Rodríguez Díaz





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