sábado, 13 de febrero de 2021

LA PALABRA DEL DOMINGO. DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO B.


    "EXTENDIÓ LA MANO Y LO TOCÓ"



 Desde el texto de la primera lectura de este domingo descubrimos cual  era la situación que había  de afrontar cualquier miembro del pueblo de Israel que sufriera la enfermedad de la lepra. La enfermedad era considerada como algo perteneciente a la esfera de lo religioso. Era considerada como signo y señal de pecado y por tanto el individuo que la sufriera era impuro, no era digno de Dios.

 En el  Evangelio  vemos cómo Jesús  es solicitado por un leproso que le pide la sanación  diciéndole: " si quiere puedes limpiarme ". La respuesta de Jesús  es rápida, no hay lugar para la duda: " Quiero, queda limpio "

No obstante hay que presentarse al sacerdote para cumplir con lo establecido por Moisés por su purificación, habiéndole recomendado no decirlo a nadie. Pero, ¿ Quien calla a un hombre que se siente libre del mal que le aqueja y que le aparta de los suyos, de la comunidad, tras una  petición aparentemente tan sencilla, pero cargada transcendencia, como la que ha hecho?

Lo cierto  es que el asunto  se divulga y  se nos dice que ya Jesús " no podía entrar abiertamente a ningún pueblo", pero así y todo la gente acudía a El.

Nos encontramos  en este texto que Jesús inicia un proceso de secularización considerando  la enfermedad en una esfera independiente de lo religioso. Se nos dice que Jesús sintiendo lástima,  extendió la mano y lo tocó  contra todas las prescripciones de la ley. Esto le sitúa  frente a la ley y frente a aquellos que piensan  que la enfermedad es castigo de Dios y por eso  a El, que ha tocado a un impuro, también se le considerara como tal, de ahí que no entrara en los pueblos, sino que se quedara a las afuera, pero... la gente, no obstante, acude a El.

Descubrimos , una vez mas, la  misericordia, la compasión, la ternura y solidaridad con la que se mueve ante el dolor de los hombres y como no le importa  le consideren pecador y  de los impuros con tal de que el  leproso, en este caso,  haya encontrado la sanación. Podemos decir que se vuelcan los papeles, el que era impuro encuentra la sanación y el que  no lo era  carga con la impureza y todo lo que  ello conlleva.

Esto es lo que se nos dice en la Carta de los Hebreos cuando se habla del sacerdocio de Cristo y que  San Pablo también recoge en la primera de Corintios . Se sometió en todo  pasando  como uno mas para liberarnos y mostrarnos un nuevo  rostro de Dios que es Padre, que no busca el castigo, sino la salvación y el bienestar del hombre.

 Este texto no deja de ser una llamada de atención para nosotros que estamos  siempre tentados a excluir, a dar de lado, a aquellos que la sociedad considera rechazables. Por Jesús  sabemos que, aún siéndolo, merecen el amor y el perdón de Dios. El Maestro dijo en cierta ocasión: No he venido para los sanos, sino para los enfermos, para los que necesitan el encuentro con Dios y es lo que hace y es lo que nos pide que hagamos. 

No es fácil , sabemos que no es fácil. Dar una limosna, ayudar en un momento puntual  o a un amigo, es hermoso, pero el tema se complica cuando es alguien desconocido, o cuando es alguien que sabes tiene un comportamiento no deseable, cuando sabes que te miente...Aquí el tema cambia pero... el mandato de Jesús, no.  Para eso   nos dice,  he venido y para eso, somos enviados: " Vayan por el mundo y anuncien la Buena Noticia"

!!FELIZ DÍA DEL SEÑOR!!

José Rodríguez Díaz




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