El Papa en Santa Marta 28-2-19: «está la misericordia de Dios, pero también su ira»
* «No seas tan imprudente, tan atrevido como para creer que te saldrás con la tuya. “Ah, me he salido con la mía hasta ahora, me saldré con la mía…”. No. Te saliste con la tuya, sí, pero ahora no lo sabes… No digas: “La compasión de Dios es grande, me perdonará mis muchos pecados”, y así yo sigo haciendo lo que quiero. No digas eso. Y el consejo final de este padre, de este “abuelo”: “No esperes a convertirte al Señor”, no esperes a convertirte, a cambiar tu vida, a perfeccionar tu vida, a quitarte esa hierba mala, todos la tenemos, a quitarla… “No esperes a convertirte al Señor y no la pospongas día tras día porque la ira del Señor estallará de repente”»
El Papa en la Audiencia 27-2-19: «La confianza en Dios nos hace pedir lo que necesitamos»Papa Francisco en Mensaje de Cuaresma: «Ayunar para cambiar nuestra actitud con los demás, orar para declararnos necesitados del Señor y de su misericordia y dar limosna»
* «Es Dios quien nos santifica, quien nos transforma con su amor, pero al mismo tiempo también somos nosotros quienes, a través de nuestro testimonio, manifestamos la santidad de Dios en el mundo, haciendo presente su nombre. Dios es santo, pero si nosotros, si nuestra vida no es santa, hay una gran incoherencia. La santidad de Dios debe reflejarse en nuestras acciones, en nuestra vida. “Yo soy cristiano, Dios es santo, pero yo hago tantas cosas malas”; no, esto no vale. Esto también hace daño, esto escandaliza y no ayuda»
«Y el camino hacia la Pascua nos llama a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos, mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir toda la riqueza de la gracia del misterio pascual. No dejemos transcurrir en vano este tiempo favorable. Pidamos a Dios que nos ayude a emprender un camino de verdadera conversión. Abandonemos el egoísmo, la mirada fija en nosotros mismos, y dirijámonos a la Pascua de Jesús; hagámonos prójimos de nuestros hermanos y hermanas que pasan dificultades, compartiendo con ellos nuestros bienes espirituales y materiales»
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