El impacto económico de la labor social de la Iglesia en España supera el 15% de la mayoría de las comunidades autónomas.
La labor de la Iglesia a pie de calle en favor de las personas más vulnerables sigue siendo --aún después de la salida de la crisis-- una de las mayores aportaciones de esta institución a la sociedad española. Así lo refleja la Memoria de Actividades 2015, auditada por quinto año consecutivo por la consultora PWC y presentada un año más al Gobierno para dar cuenta del destino de los fondos que recibe la Iglesia a través de la asignación tributaria.
Durante 2015, las diócesis españolas volvieron a destinar una parte importante de sus recursos a las actividades asistenciales, cuya inversión aumentó un 10% con respecto al año anterior. En total dedicaron 57 millones de euros. Con esos fondos lograron acompañar a 4,8 millones de personas en alguno de los casi 9.000 centros sociales de la Iglesia. Esta labor generó un impacto económico en la sociedad que superó al de 15 comunidades autónomas.
Según un estudio de la consultora KPMG incluido en la Memoria, con esta actividad la Iglesia generó 590 millones de euros, un valor económico para la sociedad que solo superarían, en actividades asistenciales destinadas a inclusión social, apoyo a la inmigración y a la pobreza, las comunidades de Cataluña y Andalucía.
Para llegar a esta conclusión la consultora utilizó información de los presupuestos liquidados de 2015 de las comunidades autónomas para las partidas en adicción, empleo, familia, igualdad y violencia de género, infancia, menor, inclusión social, apoyo a la inmigración y pobreza. Teniendo en cuenta los recursos obtenidos a través de la asignación tributaria (249,6 millones de euros) la Iglesia consiguió devolver en este campo casi tres veces lo que recibió.
Durante la presentación del balance, el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal (CEE), Fernando Giménez Barriocanal, agradeció el apoyo de los nueve millones de contribuyentes que marcan la casilla de la Iglesia en su declaración de la Renta y que permitió que en 2015 esta institución recibiera 249,6 millones de euros, el 24% de la financiación total de las diócesis. Con estos recursos y otras fuentes de financiación, como las aportaciones voluntarias de los fieles y el rendimiento del patrimonio, las diócesis pudieron llevar adelante sus actividades pastorales y asistenciales y conservar sus templos y edificios históricos. Estas acciones consumen nada menos que más del 50% de sus recursos económicos.
La labor de la Iglesia a pie de calle en favor de las personas más vulnerables sigue siendo --aún después de la salida de la crisis-- una de las mayores aportaciones de esta institución a la sociedad española. Así lo refleja la Memoria de Actividades 2015, auditada por quinto año consecutivo por la consultora PWC y presentada un año más al Gobierno para dar cuenta del destino de los fondos que recibe la Iglesia a través de la asignación tributaria.
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