sábado, 26 de diciembre de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO INFRAOCTAVA DE NAVIDAD. CICLO C.

FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA.

                   Una tarea común

Dentro de la alegría que suponen estas fiestas de la Navidad que estamos celebrando, se nos propone la Fiesta de la Sagrada Familia. Se nos propone que  nos miremos a nosotros mismos, a nuestro entorno, que miremos a aquellos con quienes estamos compartiendo nuestro cotidiano vivir, de forma que seamos conscientes del papel que ellos juegan en nuestra vida y del que jugamos nosotros en la vida de ellos. Todos  tenemos familia en donde los lazos de sangre son importantes.
   La  familia en cuyo seno hemos crecido y nos hemos hecho personas.  Ese espacio natural, nuestro, propio y necesario, que a veces, no sabemos  valorar en su rica , hermosa y transcendental importancia.
La  Familia  de Nazaret es el modelo para comparar: una familia pobre, de gente sencilla, trabajadora, como casi todas nuestras familias,  una familia creyente y respetuosa con las tradiciones religiosas recibidas de los mayores y que les ayuda a identificarse como pertenecientes a una raza, a un pueblo, poseedor de una gran herencia rica en tradiciones, que  engarzan la fe con lo cotidiano. 
  Una familia en donde, además de todo lo que hemos dicho, el centro de  las atenciones y preocupaciones  es un hijo que  va creciendo y su futuro y al que hay que iniciar en las tradiciones tanto sociales como religiosas,como en el trabajo.
  Y nos damos cuenta de que muchas de nuestras familias están lejos de todo esto pues en ellas son  frecuentes el desapego y la falta de espacios comunes de diálogo y encuentro además de un personalismo acentuado y una fuerte ausencia de lo trascendente, de los religioso.  Estos parámetros acarrean con frecuencia que el amor primero, que posibilitó conformarla, se vaya enfriando, se vaya resquebrajando y termine por  quedar en nada.   La convivencia  no resiste y llega a romperse la familia con la consecuente aparición  de  otros problemas como son:  los hijos y su tutela, las pertenencias materiales, las acusaciones y un sin fin de ects.
    La propuesta que hoy se nos hace es que revisemos el amor que nos une a los nuestros,  que dejemos caer un ojo sobre lo religioso y su cumplimiento, que reflexionemos sobre la educación que estamos dando a nuestros hijos, que no olvidemos el crecimiento interior como pareja, que nos preocupemos porque los miembros de nuestra familia nos sientan cercanos, aprender a mantener el respeto en diálogos y modales...
    La familia no es algo que se nos de hecho, no, hay que ir construyéndola cada día con la aportación de todos sus miembros.
La familia es el espacio natural de encuentro y convivencia, es nuestro referente por excelencia y nuestra tabla de salvación cuando llegan las dificultades.
Ser familia, tener una familia, es muy hermoso pero no dejemos que  solo sean los demás quienes nos la construyan, arrimemos también nuestro hombro y así, siempre podremos considerar  nuestra familia  como nuestra.
¡¡FELIZ DÍA DEL SEÑOR!!



 

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