DOMINGO IV DE ADVIENTO
CICLO C.
Lc.1.39-45
SOÑANDO CAMINOS
Con esta semana entramos en la recta final del Adviento. Nos sentimos cada vez mas cerca del gran acontecimiento de este caminar que nos lleva hasta la gruta de Belén, en donde podremos contemplar el gran acontecimiento por el que el mismo Dios se hace uno de los nuestros de forma visible y tangible.
El texto del evangelio de hoy nos presenta a alguien que se pone en camino: María acude a casa de Sacarías en busca de su prima Isabel.
Y se produce el encuentro entre las dos mujeres, tan sencillo como lleno de ternura y que ratifica lo que se ha venido diciendo tiempo ha. Isabel confirma a María en lo que ha vivido y, alegrándose por su presencia, la invita a la alegría desde una expresión rotunda, llena de fe, certeza, confianza y esperanza:
" ¡Dichosa tu que has creído!, por que lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. "
Así, hoy la Iglesia, lo mismo que Isabel, ha de estar dispuesta a confirmar a los que se ponen en camino porque han sentido la llamada de Dios y desean encontrarlo por los vericuetos de la vida. Pero no solo esto, también la Iglesia, toda ella, ha de ponerse en camino, en obediencia a las indicaciones del Señor, lo mismo que María, que la invita a salir de sí en busca de la Vida, en la misma vida, entre los hombres y mujeres que habitamos esta tierra. También ella, como María, ha de sentirse portadora de Buena Noticia, porque siente en su corazón la gravidez de saberse escogida y cuna Dios al que ha de dar a los hombres.
En esta línea va el proyecto Diocesano de Pastoral que ha sido puesto en nuestras manos después de un año de reflexión y trabajo y en donde se nos invita a renovar la experiencia de Jesús en nuestro corazón y en nuestras comunidades, a la oración y a la puesta en salida, como nos dice el papa Francisco.
En salida para anunciar, para dar, para compartir con todo los hombres y mujeres la experiencia de Dios- con -nosotros, es lo que se nos dice en esta fiestas que significa el nombre del Enmanuel.
Además, hemos iniciado el Año Jubilar de la Misericordia, otro regalo que se ha puesto en nuestras manos para vivirlo con ilusión y gozo, despertando a la ternura de Dios, invitados a aprender con el Padre y a poner en practica lo que ya el Antiguo Testamento dice y que el mismo Jesús hace suyo: " Misericordia quiero y no sacrificios ".
Seguramente en la celebración de hoy canteremos aquello de " la Virgen sueña caminos". Hemos de pensar que no solo la Virgen, sino también nosotros, hemos de soñar caminos, caminos nuevos que nos lleven al encuentro, a construir espacios de libertad y de comunión, de alegría, de encuentro, de perdón y, en definitiva, de misericordia.
Por ahí, por ahí es por donde creo, apunta la navidad de este año. Hay que desandar caminos viejos de desencuentro y construir caminos nuevos que lleven al encuentro del hermano, guiados por esta luz estupenda de Dios y encontraremos a Dios tan sencillo y pobre y tierno, como un niño recién nacido.
¡Feliz día del Señor!
CICLO C.
Lc.1.39-45
SOÑANDO CAMINOS
Con esta semana entramos en la recta final del Adviento. Nos sentimos cada vez mas cerca del gran acontecimiento de este caminar que nos lleva hasta la gruta de Belén, en donde podremos contemplar el gran acontecimiento por el que el mismo Dios se hace uno de los nuestros de forma visible y tangible.
El texto del evangelio de hoy nos presenta a alguien que se pone en camino: María acude a casa de Sacarías en busca de su prima Isabel.
Y se produce el encuentro entre las dos mujeres, tan sencillo como lleno de ternura y que ratifica lo que se ha venido diciendo tiempo ha. Isabel confirma a María en lo que ha vivido y, alegrándose por su presencia, la invita a la alegría desde una expresión rotunda, llena de fe, certeza, confianza y esperanza:
" ¡Dichosa tu que has creído!, por que lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. "
Así, hoy la Iglesia, lo mismo que Isabel, ha de estar dispuesta a confirmar a los que se ponen en camino porque han sentido la llamada de Dios y desean encontrarlo por los vericuetos de la vida. Pero no solo esto, también la Iglesia, toda ella, ha de ponerse en camino, en obediencia a las indicaciones del Señor, lo mismo que María, que la invita a salir de sí en busca de la Vida, en la misma vida, entre los hombres y mujeres que habitamos esta tierra. También ella, como María, ha de sentirse portadora de Buena Noticia, porque siente en su corazón la gravidez de saberse escogida y cuna Dios al que ha de dar a los hombres.
En esta línea va el proyecto Diocesano de Pastoral que ha sido puesto en nuestras manos después de un año de reflexión y trabajo y en donde se nos invita a renovar la experiencia de Jesús en nuestro corazón y en nuestras comunidades, a la oración y a la puesta en salida, como nos dice el papa Francisco.
En salida para anunciar, para dar, para compartir con todo los hombres y mujeres la experiencia de Dios- con -nosotros, es lo que se nos dice en esta fiestas que significa el nombre del Enmanuel.
Además, hemos iniciado el Año Jubilar de la Misericordia, otro regalo que se ha puesto en nuestras manos para vivirlo con ilusión y gozo, despertando a la ternura de Dios, invitados a aprender con el Padre y a poner en practica lo que ya el Antiguo Testamento dice y que el mismo Jesús hace suyo: " Misericordia quiero y no sacrificios ".
Seguramente en la celebración de hoy canteremos aquello de " la Virgen sueña caminos". Hemos de pensar que no solo la Virgen, sino también nosotros, hemos de soñar caminos, caminos nuevos que nos lleven al encuentro, a construir espacios de libertad y de comunión, de alegría, de encuentro, de perdón y, en definitiva, de misericordia.
Por ahí, por ahí es por donde creo, apunta la navidad de este año. Hay que desandar caminos viejos de desencuentro y construir caminos nuevos que lleven al encuentro del hermano, guiados por esta luz estupenda de Dios y encontraremos a Dios tan sencillo y pobre y tierno, como un niño recién nacido.
¡Feliz día del Señor!
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