Víctor y Stella Domínguez, ayudan a divorciados, vueltos a casar: “No es suficiente saber que la Iglesia los ama. Ellos necesitan sentirlo. Mostrarles que siguen siendo hijos de Dios”
“Hablamos
primero en crecer en la fe. Una acogida misericordiosa, pero desde la
verdad. Hacerles conocer el amor de Dios. Ellos son tan amados por Dios
como los matrimonios sacramentados. Nuestro testimonio es lo que más
vale. Lo que salga de mi boca no tiene la misma fuerza. La persona tiene
que ver en nosotros que vivimos eso (el amor cristiano del matrimonio)
y van anhelar vivir el amor de Dios, porque el Señor está entre
nosotros, ¿verdad?”
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