sábado, 3 de enero de 2015

LA PALABRA DEL DOMINGO

DOMINGO SEGUNDO DESPUÉS DE NAVIDAD.

 URGANDO EN LA REALIDAD
 
A medida que van transcurriendo los días de la fiestas de Navidad  somos invitados a reflexionar sobre lo que hemos ido celebrado y vivido con tanta emoción y alegría. Para ello se nos  ofrecen textos, en la liturgia de este domingo, que nos  posibilitan esta reflexión como son  el texto del Eclsiástico que nos habla de  la Sabiduría, esa sabiduría que habita en Dios y que nos lleva a descubrirle en todo lo creado.



  En la segunda lectura san Pablo nos saluda con una alabanza  al Dios Padre que en Cristo nos ha bendecido con toda clase de bienes celestiales y espirituales, nos dice.
 No deja de ser una buena parada en  el correr de estos días, que se nos escapan de las manos como viento, cuando nos habla del amor de Dios, ese amor por el que  llegamos a ser Hijos por Jesucristo, Este de quien  acabamos  de celebrar su nacimiento y así, vamos descubriendo el hondón de tanta fiesta y alegría, no solo porque nace  Jesús, sino porque este nacimiento es de gran riqueza y consuelo para los que esperamos en su venida y en su acción amorosa en nuestro favor.




Y por último es San Juan, el Evangelista, el que  yendo mas allá de nuestra posibilidades, trata de poner en nuestras manos y ante nuestra reflexión el misterio de Dios creador, encarnado, solidario y glorificador de toda la creación y en ella, al mismo hombre, a cada uno de nosotros. Trata de explicarnos la grandeza de tal acontecimiento que no se queda  en un puntual momento,  sino que se expande por toda la historia mas allá y mas acá de nuestro días, de nuestro  horizonte.
Por todo ello somo invitados a glorificar, bendecir  y alabar al Señor, que se ha mostrado tan piadoso, cercano y amoroso con nosotros al regalarnos el  misterio de su vida y de su salvación.


 Se hace necesaria, pienso, una reflexión ante tanta gratuidad, ante tanta generosidad y cercanía. No podemos  dejar que la alegría y el bullicio de la fiesta nos impidan gozar con más plenitud, con más hondura, con más paladar, lo que ante nuestros  ojos se muestra.
Felices fiestas en el Señor.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario