Queridos Reyes Magos.
Mis queridos amigos de Oriente: ya, a última hora y a la carrera, me pongo a escribirles mi carta esperando que llegue a tiempo que supongo que sí, pues por esto de Internet todo llega de prisa y volando y además, deseo puedan complacerme en mis peticiones.
Lo primero que quiero pedirles es que traigan trabajo para todos. Hay mucha gente que está en el paro y esto se está ya haciendo imposible. Nos cuesta, cada vez mas, asumir esta situación de desvalimiento en que nos encostramos muchos de nosotros.
Situación que no solo la viven los que no tienen trabajo, sino todos, pues de alguna forma u otra a todos nos llega y por tanto, a todos nos duele.
Otra de las cosas que también quiero pedirles es que seamos capaces de recuperar los valores sociales y de convivencia que se han ido deteriorando tanto, tanto, que ya no sabemos de quien fiarnos o a quien hacer caso pues cada día nos siguen sorprendiendo noticias de personas que se han aprovechado de situaciones de privilegio para enriquecerse a costa de la sociedad y esto, claro, también lo sufrimos todos. Además de que hemos de rechazar la tentación continua de hacer nosotros lo mismo: el enriquecimiento a costa de lo social es una lacra muy fea que nos mancha y deteriora con el consiguiente abandono de responsabilidades y de doble vida que enturbia nuestras decisiones y hace que, nuestra estima como personas, se venga por los suelos.
También quiero pedirles que seamos capaces de valorar la vida . Ustedes que salieron de sí mismos para buscar al recién nacido y no se dejaron engañar por el poderoso Herodes. Ayúdennos a defender los derechos de los que aún no han nacido y que deben nacer en nuestra sociedad y a los cuales estamos empeñados en robarles la vida a costa de no se que libertades de las madres.
También les quiero pedir por la Iglesia, como no, siendo cura no puedo olvidar la situación que vivimos desde dentro y desde fuera. Desde dentro, porque muchos hermanos, me refiero a los sacerdotes, aún no terminan de enterarse de que ser Ministro del Altar es algo muy serio y que hemos de cuidar. No podemos andar conteporizando con cuestiones de gustos personales y Evangelio. Ustedes que se dejaron guiar por la Palabra de Dios y por la Estrella, dejen en nuestra Iglesia esa misma capacidad de seguimiento, de superar dificultades y de ser sinceros y transparentes. Ensénñennos a dejarnos iluminar por la luz de aquel a quien ustedes supieron buscar con tanto tesón y ahinco: Jesús.
Y hacia fuera, que sepamos resistir los ataques, una veces con razón y otras sin ella, de los que no quieren saber nada de la Palabra y solo piensan en el poder. Que sepamos no perder la esperanza y sigamos buscando la forma de evidenciar que la Palabra de Dios y Dios mismo, están en la vida y nos ayudan a caminar por derroteros, aunque esto sean desconocidos, como sucedió con ustedes.
Y ya, la última petición, es por la paz porque es que no termino de entender como los hombres todavía somos capaces de matarnos los unos a los otros o de enemistarnos por cuestiones de ideologías o de fronteras o de formas de orgnizarnos, de entender la vida. Es triste ¿verdad? pues es así. Que ustedes, que supieron cruzar fronteras buscando al que traía la paz y lo encontraron, ayudennos, con la experiencia que ya tienen sobre este tema, a buscar caminos de encuentros que vayan mas allá de cualquier frontera sea ideológica o espiritual.
Mis queridos amigos de Oriente, ya nos les molesto mas, espero y deseo tengan una buena jornada en la noche del cinco de enero que todos, niños y adultos, esperamos con ilusión porque sabemos que ustedes, pase lo que pase, no dejarán de venir a poner los regalos. Cuando lleguen por casa sepan que pueden moverse por ella como si fuera la de ustedes y pueden descansar, si así lo desean, todo el rato que haga falta.
Un abrazo y hasta el año que viene si Dios quiere. Saludos.
Pepe
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