sábado, 10 de mayo de 2025

La Iglesia en Bolivia: La esperanza en medio de los signos de muerte


 En el cierre de su CXVI Asamblea ordinaria, la Iglesia en Bolivia comunicó un mensaje de esperanza y compromiso frente a las múltiples realidades que afronta el país. Desde un tono pastoral y lleno de fe, los obispos destacaron tanto los signos de vida como los signos de muerte presentes en la nación.

Sor Elaine Castro Matheuz -  Ciudad del Vaticano

Los obispos bolivianos expresaron su preocupación ante una realidad marcada por la pérdida de identidad cultural y social, así como por la crisis en los ámbitos político, económico y social. Con palabras contundentes, señalaron que las promesas de reactivación económica, reformas judiciales y procesos de reconciliación se han quedado en promesas vacías, y que la institucionalización de la mentira y el engaño amenazan la democracia, el Estado de derecho y la seguridad jurídica.

Con un diagnóstico claro, afirmaron que el modelo económico estatal monopolista ha destruido sistemáticamente la economía y la propiedad privada, arrastrando al país a un estado de empobrecimiento y endeudamiento. La pérdida de recursos como los hidrocarburos y las restricciones en la exportación de productos exponen un país vulnerable, cada vez más exportador de mano de obra y capital humano, pero sin estabilidad ni prosperidad para su población.

La esperanza en medio de los signos de muerte

A pesar de los desafíos, los obispos resaltaron los signos de vida que emergen de la fortaleza del pueblo boliviano: su participación masiva en las celebraciones pascuales, el entusiasmo juvenil en el viacrucis y los gestos de religiosidad popular que fortalecen la fe y la esperanza. Valoraron además los emprendimientos creativos y la resistencia cotidiana como signos claros de esperanza y de una nación que no ha perdido su alma.

Desde la perspectiva pastoral, llamaron a los bolivianos a ser “peregrinos de esperanza”, aceptar el reto de construir un diálogo sincero y buscar la unidad en medio de las diferencias. Subrayaron la importancia de las próximas elecciones presidenciales como una oportunidad para redefinir el rumbo del país, con voto responsable y sin presiones antidemocráticas.

Un compromiso renovado en el bicentenario y en la esperanza de un futuro mejor

El mensaje de los obispos se enmarca en el contexto del bicentenario de Bolivia, y desde esa mirada de gratitud y compromiso recordaron su tarea evangelizadora y solidaria: defender los derechos humanos, cuidar la madre tierra, promover la educación y la salud, y acompañar a los más vulnerables. En su exhortación pastoral, reafirmaron la fuerza de la esperanza, invitando a la nación a no rendirse y a confiar en la promesa de Cristo: "No tengan miedo, yo he vencido al mundo" (Jn 16,33).

Finalmente, en un año jubilar, encomendaron sus oraciones a la Virgen María, como Reina de Bolivia, y confiaron en el corazón del Sagrado Corazón de Jesús para que vengan días mejores. Concluyeron con una oración universal por el futuro Papa y por un tiempo donde la paz, la justicia y la fe prevalezcan en Bolivia.

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